Para sentir la esencia de un lugar y empaparse de su atmósfera, nada mejor que subir a su punto más alto. En Gran Canaria, esa atalaya es el mirador del Pico de Las Nieves, situado en el mismo centro de la isla, a 1.949 metros de altitud. Desde allí se ve el amplio sector de la isla declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, con su infinidad de barrancos profundos y de aristas afiladas, cubiertos de vegetación y coronados por pitones volcánicos de formas enigmáticas.