Comenzamos en la casa forestal de Tamadaba, una construcción integrada en el pinar al borde de la carretera, que cuenta con una estación meteorológica. Tamadaba ha sido un lugar explotado tradicionalmente, pero en el que se ha mantenido un excelente pinar natural, además de ser una zona de excepcional riqueza botánica en sus acantilados donde se refugia gran número de endemismos.
Atravesamos un pinar húmedo, formación escasa en la isla de Gran Canaria, donde predominan los pinares secos. Lo notamos porque de los pinos e incluso del sotobosque, en el barranquillo que atravesamos un fayal brezal, cuelgan líquenes que semejan barbas, y nos revelan la casi permanente humedad del interior del bosque.
Esta cueva está picada en la roca en parte con un muro frontal y una puerta, que protege el interior, lo usaban personas que explotaban los recursos del pinar, fundamentalmente pinocha y carbón. Es un recuerdo de la época en que el monte era generoso en recursos para las poblaciones cercanas.
A la izquierda del lomo del Faneque vemos el Barranco del Risco, y en medio de su cauce el caserío del risco, perteneciente al municipio de Agaete. Se le conoce como el barrio del Charco Azul, por la presencia de lámina de agua dulce en el cauce del barranco de El Risco determinada por la existencia de una “marmita de gigante”, formada por la acción erosiva de los materiales de aluvión en caída vertical sobre la roca. La circulación rápida de la escorrentía hace que estas estructuras se vacíen de sedimentos y se conviertan en esa lámina de agua tan llamativa.
La vista sobre la costa noroeste de Gran Canaria es espléndida desde la vertiente norte del Lomo de Faneque; a nuestros pies el Barranco de Guayedra, en la costa el puerto de las Nieves con Agaete a la derecha en el barranco de su nombre que flanquea por el norte Tamadaba, en la punta el faro de Sardina del Norte y cerrando las vistas la montaña de Gáldar con la antigua capital aborigen en sus faldas.
Finalizamos el sendero en este morro que es un excepcional mirador sobre el Roque Faneque, tras haber pasado por la degollada de Los Pasitos. La vista es vertical y excepcional; a nuestros pies el acantilado cae vertiginoso hasta el mar. Es un lugar donde recrearnos con unas vistas panorámicas que justifican el camino de vuelta, en el que aprovecharemos para ver en su esplendor el pinar de Tamadaba.
- Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
- Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
- No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
- Respeta la señalización de los senderos. Salirse de los caminos habilitados provoca daños en el entorno y además puede ser peligroso para ti y para quienes te acompañan.
- Es más seguro llevar a tu mascota con correa.
- Procura no alterar la tranquilidad del entorno con ruidos excesivos (música alta, gritos...).