Con tres naves, una fachada de cantería y la campana más grande de Canarias, la iglesia de Valverde está reconocida como parroquia matriz porque hasta finales del siglo pasado fue allí donde se concentró la dirección administrativa eclesiástica. Quizá por eso acapara buena parte del acervo religioso e histórico herreño, desde su arquitectura barroca del siglo XVIII, su retablo con la Virgen de la Inmaculada Concepción y su arte sacro, hasta el reloj de origen francés donado en 1867 por el doctor Gaspar Jerónimo Quintero, que, una vez restaurado, ha llegado a dar las campanadas del año nuevo canario.