El paisaje desde el mirador de la Degollada de las Yeguas, en el sur de Gran Canaria, sorprende a quien lo visita sin saber lo que va a encontrar. Se trata una panorámica del barranco de Fataga, un cañón de 15 kilómetros de recorrido, sinuoso, ancho y profundo, de laderas suavemente abombadas que, de repente, culminan en riscos casi verticales y desafiantes. Todo ello, tapizado de vegetación de zonas áridas y con el mar al fondo. El conjunto es monumental, multicolor y evocador.