El mirador del Río, en el norte de Lanzarote, es una obra de arte sobre la cima de un imponente acantilado. Mirando al norte desde su amplia barandilla aparecen tres pequeños islotes –el archipiélago Chinijo–, separados de Lanzarote por el estrecho que da nombre al mirador. El mayor de ellos es La Graciosa, que presume de conos volcánicos perfectos y de una amalgama de colores ocres y ‘beige’. El conjunto de los islotes, el mar, el cielo y la profundidad del acantilado transmite amplitud y libertad.