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La singular belleza de Arguineguín y su clima ha conquistado a muchos ciudadanos noruegos, que año tras año, vuelven a esta localidad del sur de Gran Canaria para pasar varias semanas.

Este es el espacio de la cultura y la música tradicional canaria. ¿Su protagonista? El timple, un pequeño instrumento de cuerda que es uno de los símbolos sonoros más emblemáticos del archipiélago, en el que tuvieron un papel fundamental los artesanos de la Villa de Tegueste, donde está situado el museo. Es también centro de estudios y espacio cultural donde observar una amplia colección de timples, instrumentos similares de otros países y elementos audiovisuales. Permite acercarse a las fases del proceso de su construcción e historia pasando por diferentes dependencias en el marco de un entorno patrimonial de gran interés arquitectónico.

En el corazón de la isla se encuentra una de las primeras aldeas establecidas en Lanzarote: San Bartolomé de Ajey. En ella, el Museo Etnográfico Tanit se creó en una antigua casona del siglo XVIII y en una de las primeras bodegas de la isla. Al alcance de oriundos y visitantes, se muestra en él el patrimonio etnográfico y cultural lanzaroteño. Sus tradiciones, folklore, vestimentas, costumbres, ídolos, utensilios de trabajo… Todo eso, sumado a la forma en la que el pueblo luchó por sobrevivir a los volcanes, se une a una bodega de más de 300 años de antigüedad: la mítica Las Vegas.

Con cerca de 50.000 habitantes, la capital de Lanzarote, conocida como la isla de los mil volcanes, es una ciudad vibrante y coqueta que se puede recorrer en pocas horas, si el visitante dispone de poco tiempo. Uno de los itinerarios más recomendables comienza al lado del puerto en el llamado Charco de San Ginés, una preciosa laguna natural de agua marina, rodeada de casitas blancas de pescadores y ubicada en pleno casco antiguo. A apenas 2 minutos a pie, en la pintoresca Plaza de las Palmas, se erige la Parroquia de San Ginés. Esta edificación del S. XVII alberga en su interior una cuidada selección de obras de arte dedicadas al patrón del municipio.

Diferentes piscinas naturales recorren el paseo marítimo del Castillo del Romeral, donde el agua del mar se mantiene en una zona adaptada al baño y de fácil acceso. Es frecuentado por gente que ama nadar en agua salada, y es también el sitio indicado para disfrutar con niños que ya sepan nadar, pues el rompeolas protege a los bañistas del oleaje del contiguo mar. Una pequeña barrera artificial que separa la piscina del océano Atlántico es concurrida por oriundos que se sientan a sentir las olas en esta ventosa pero acogedora piscina natural.

3,5 millones de botellas de ron se hacen en Arucas cada año, municipio situado a 15 kilómetros de Las Palmas. Fue en 1884 cuando se fundó esta fábrica, destinada en sus inicios al cultivo de caña de azúcar y posteriormente a la elaboración de uno de los rones de referencia en España. En 1965 pasó a llamarse Destilerías Arehucas y, a día de hoy, esta empresa centenaria sigue abriendo las puertas de su bodega para quien quiera conocer su historia y su elaboración, u observar y catar algunos de los rones que albergan sus 4.300 barricas de roble americano.

Las Salinetas, bautizada así por situarse en unas antiguas salinas, es ahora una de las playas más familiares de Telde, municipio ubicado en la costa este de Gran Canaria. A pesar de estar rodeada de viviendas y otros establecimientos, el entorno es tranquilo aunque ventoso. Su arena fina negra se une al oleaje moderado por una barrera natural de rocas que acoge a oriundos y visitantes. Al bajar la marea, las pequeñas charcas que se forman en su orilla se convierten en el lugar favorito de los niños en una playa de 320 metros de longitud y 50 de ancho.

Con vistas al Faro de Arinaga, el turquesa de sus aguas contrasta con el marrón de la arena fina y las montañas de alrededor en una playa de 290 metros de largo y 27 de ancho. Ubicada en el municipio canario de Agüimes, la Playa del Cabrón acoge a todos los amantes de la tranquilidad debido a su escasez de turistas y a su ubicación apartada del bullicio urbano. El moderado oleaje colabora con la seguridad de sus visitantes, ya que una pequeña caña la resguarda de las olas, salvo aquellos días en los que el viento sopla con fuerza.

Esta playa debe su nombre a La Restinga, el pueblo pesquero donde se ubica, conocido por ser el más meridional de toda España, situado en el municipio de El Pinar, en la isla de El Hierro. Concurrida, pero tranquila, el mar en calma se funde con la arena negra de origen volcánico que caracteriza sus 50 metros de largo y 15 de ancho. La falta de oleaje la convierte en “la playa del pueblo”, una de las más familiares por el bajo riesgo en todas las épocas del año.

La belleza de sus paisajes naturales, su clima y su gastronomía han hecho de Valle Gran Rey, en La Gomera, el lugar escogido por centenares de alemanes, como lugar para pasar largas temporadas cada año.