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Lanzarote es una isla pequeña que esconde rincones de ensueño. Los lugares turísticos son una maravilla, sin embargo, si te animas y vas un poco más allá descubrirás la esencia de esta isla volcánica. Lanzarote está llena de magia, pero son sus secretos mejor guardados, aquellos a los que solo llegan los más curiosos, los que la convierten en un lugar especial e inigualable.
En este artículo voy a enseñarte un pequeño granito de arena de esos escondites de los que te hablo. Espero que tras terminar de leer, te animes a dejarte llevar y te adentres en los lugares más vírgenes y auténticos de Lanzarote.
Uga, Yaiza
Uga es un pequeño pueblo rural en el sur de la isla con un encanto especial. Si te pierdes entre sus calles podrás disfrutar de unas vistas increíbles. Se encuentra cerca del Parque Nacional de Timanfaya y de la zona de La Geria. Sin embargo, lo más significativo de Uga es su conocida tradición por los dromedarios.
Antes de entrar al pueblo podemos ver grandes dromedarios en la rotonda, que ya nos adelantan su amor por estos animales, además de la importancia que tienen y han tenido para el pueblo a lo largo de la historia. Es por eso que la gran mayoría de los que se encuentran durante el día en el Parque de Timanfaya, dando paseos a los turistas, parten cada mañana desde Uga.
Si nos seguimos adentrando, vemos que el epicentro del pueblo es la Iglesia de San Isidro Labrador que se encuentra en una plaza donde una vez más, la imagen del dromedario vuelve a ser el protagonista. Los restaurantes ubicados en esa misma zona te ofrecen la oportunidad perfecta para sentarte y relajarte a comer o tomar algo en un ambiente totalmente relajado y diferente.
Los Cocoteros, Teguise
El siguiente lugar que quiero enseñarte se encuentra al noreste de la isla. Se trata de un pueblo muy pequeño y escondido en la costa de Guatiza. Destacan sus casas blancas, sus palmeras y la conocida como “La charca”, muy parecida a una piscina, se trata de un dique de hormigón que separa el mar de la zona donde se bañan los locales y unos agujeros permiten la entrada del mar en la pleamar.
Si sigues caminado por la costa hacia la derecha encontrarás unas antiguas salinas cerca de una cala donde puedes disfrutar de un baño tranquilo. En ese mismo lugar hay unas pequeñas casas antiguas donde la gente del pueblo pasa las tardes de verano.
Si estás buscando desconectar cerca del mar, Los Cocoteros es la opción ideal. Un rincón mágico, sin cobertura y con el sonido de las olas. ¿Se puede pedir algo más?
Las Breñas, Yaiza
Si has estado antes en Lanzarote es muy probable que no hayas escuchado hablar de Las Breñas, un pueblo de la isla relativamente joven. Yendo hacia Playa Blanca podrás encontrarlo concretamente en la Falda de los Ajaches, entre el Valle de Femés y las Salinas de Janubio.
En las Breñas nos encontramos con la pequeña plaza, Víctor Fernández Gopar, y una Iglesia cuyo santo patrón elegido por la localidad es San Luis Gonzaga. Las vistas de las que podemos disfrutar desde el allí, son espectaculares, el mar y las famosas Salinas de Janubio al fondo te animan a sentarte en el restaurante del pueblo a disfrutar de la deliciosa gastronomía canaria. Las Breñas tiene un encanto distinto al resto, difícil de explicar con palabras por lo que te recomiendo verlo por ti mismo.
El Charco del Palo, Mala
Llegamos a Mala en el noreste de la isla y cerca del conocido Jardín de Cactus, Guatiza. Al conducir hacia la costa nos adentramos entre las calles del Charco del Palo, un pueblo cuya principal característica es que se trata de un lugar enfocado y centrado en el nudismo, ideal para todos aquellos que busquen un rincón naturista y donde sentirse cómodo haciendo su día a día totalmente desnudo.
El Charco del Palo cuenta con varias piscinas naturales donde los visitantes pueden relajarse y nadar en el mar cristalino ya que la formación de estas piscinas, permite la renovación constante del agua. Sin duda alguna, un sitio fantástico para aquellos amantes del nudismo y de la naturaleza.
Haría
Nos dirigimos al norte y nos adentrarnos al interior de la isla donde se encuentra el pueblo de Haría, también conocido como el valle de las mil palmeras ya que si algo destaca, es la cantidad de palmeras autóctonas de las Islas Canarias que decoran sus calles.
Acogido por el Volcán de la Corona y entre montañas se esconde este pequeño rincón, más parecido a un oasis, un lugar distinto a los que hemos visto hasta ahora, paisajes verdes con el contraste blanco de las casas típicas de Lanzarote hace que la magia envuelva cada detalle del pueblo de Haría.
Para los viajeros más curiosos tienen una visita obligatoria a la Casa Museo del famoso artista César Manrique y al mercado artesanal que se celebra cada sábado por la mañana en la Plaza de Haría.
Tras ver estos pequeños pueblos, ¿te animas a descubrir nuevos lugares de Lanzarote? Créeme cuando te digo que esto es solo un pequeño porcentaje de lo que tienes por descubrir pero ¿de qué vale que te lo enseñe todo yo? Anímate, piérdete entre sus pueblos y conoce los secretos mejor guardados de esta mágica isla volcánica.