Si se quiere comprobar por qué La Palma también es conocida como la Isla Bonita más allá de por su espectacular Caldera de Taburiente, esta ruta por el sur resulta perfecta. Cascos históricos, zonas volcánicas, Atlántico imponente, áreas agrícolas y baños finales componen una carta irresistible que dan ganas, simplemente, de repetir al poco. De la capital a Puerto Naos, las vistas y paisajes, el habitual sol sureño en una isla muy verde y la cercanía a la naturaleza dan sentido a arrancar el coche.