Camino de la Faya

La ruta comienzo en el Refugio del Pilar, donde también tiene su partida la ruta de los volcanes. Estamos en el punto donde comienza la dorsal de Cumbre Vieja, que se prolonga hacia el sur de la isla. Nuestra bajada será por la vertiente oeste de esta cadena volcánica, que en su inicio está ocupada por un pinar canario.

Tras pasar por un túnel de fayas, nos encontramos al borde de la carretera con una construcción desvencijada. Su precario estado oculta un pasado mejor, cuando este lugar era conocido como La Venta. Punto de paso obligado entre las dos vertientes de la isla, donde se descansaba y se conocían las noticias de los cuatro puntos cardinales del territorio insular.

Este mirador nos ofrece una excepcional vista de la comarca de las Breñas, que recibió este nombre por la existencia de zonas boscosas muy tupidas de bosques termófilos, hoy sustituidos por zonas de cultivo. El mirador nos permite ver perfectamente los dos municipios de Las Breñas, Breña Alta y Breña Baja, con la capital, Santa Cruz, al fondo.

Esta pequeña cruz blanca se encuentra en uno de los cruces del camino, en el tramo medio del camino de la Faya. Junto a la cruz hay una pequeña pila para el agua, que contribuye a darle un carácter casi mágico al lugar. Era tradicional antiguamente marcar los cruces con cruces, bien por una promesa o en recuerdo de algún hecho reseñable.

Las zonas bajas del Monteverde en La Palma siguen teniendo aprovechamientos forestales, menos intensos que antiguamente. Todavía parte de la viña tradicional de la isla utiliza horquetas hechas de los “palos” del monte. Ya ha desaparecido prácticamente el carboneo, ya que antaño se cocinaba con carbón vegetal producido en el monte.

La fiesta de la Cruz se celebra el 3 de mayo Esa jornada se engalanan las cruces que se encuentran diseminadas en los antiguos caminos reales de los distintos barrios de la comarca este, como es el caso de la Villa de Mazo. Los vecinos realizan un trabajo colectivo para engalanar sus cruces, con telas, flores, papeles e incluso joyas.

El paisaje de Mazo lo ha formado el mundo de la viña y el vino. Nos rodean pequeñas parcelas de viñedo; en muchas de ellas podemos observar la forma de cultivo tradicional: sobre suelos empedrados, o en ‘caletas, donde bajo espesas capas de piedras se busca el suelo fértil abriendo zanjas en las cuales se plantan las cepas. Seña de identidad de este territorio son también las numerosas edificaciones de piedra seca cubiertas por teja, la mayoría de las cuales son pequeñas bodegas familiares.

La ruta finaliza en la costa, en un pequeño núcleo litoral formado por edificaciones que usan los habitantes de Mazo como segunda residencia. Esta es la costa típica de La Palma, con rocas basálticas lamidas por el mar y apenas una recoleta playa donde poder terminar una excursión como ésta con un baño si el tiempo y el mar lo permiten.