La Gomera entra en la Historia por la puerta grande como protagonista de la gesta que cambió la concepción del mundo con el descubrimiento de América. “La partida definitiva de Cristóbal Colón para descubrir América no tuvo lugar el viernes 3 de agosto desde el Puerto de Palos, en Huelva, sino en la mañana del jueves 6 de septiembre de 1492 desde La Gomera. De la isla zarparon en busca de lo desconocido: el camino de Indias”, subraya Antonio Tejera Gaspar, catedrático de Arqueología de la Universidad de La Laguna (ULL).
Te invitamos a sentir la huella de Cristóbal Colón en la gastronomía de La Gomera, en sus monumentos y en la puerta hacia la modernidad que abrió este navegante singular a través de sus tres escalas en la isla, lugar que siempre escogió para zarpar de tierras españolas hacia América.
La Gomera y el descubrimiento del Nuevo Mundo
Una parte importante de las plantas y animales que llegaron a América en 1492 y en los viajes posteriores del 93 y 98 provenían de la Isla Colombina. La importancia de La Gomera como último puerto de repostaje hacia América queda patente en estos dos nuevos viajes, como queda patente en recientes estudios genéticos de plantas y animales americanos y en la existencia en la isla, según las crónicas del siglo XV y XVI, de nuevos alimentos como el chocolate, las papas, el tomate o el tabaco, entre otros muchos.
Gastronomía de La Gomera para colonizar América
Existen datos de que en su primer viaje Cristóbal Colón se llevó desde la isla agua, quesos, frutos secos, carne salada y acondicionada, así como cabras, cuya leche servía para curar el escorbuto. Hoy en día, el queso de cabra es uno de los productos más valorados en el mundo de la gastronomía de La Gomera. Está elaborado a partir de leche cruda de cabra o mezcla de cabra y oveja. En la isla se produce queso fresco, semicurado y curado.
En el segundo viaje y tercer viaje de Colón tocaría el turno a los productos secos, naranjas, limones y ocho cerdas preñadas. El mismo Cristóbal Colón reconoce el paralelismo entre los climas hallados en las nuevas tierras y el de La Gomera, por el que se escogen ovejas sin lana de la isla para evitar que sufrieran los rigores del calor.
De hecho, Colón se quedó perplejo ante la ausencia de cereales y de animales domésticos en el Nuevo Mundo y decidió llevarlos desde La Gomera. Por eso se llevaron vacas, caballos, asnos, mulos y gallinas. Actualmente muchos de estos productos son la base de la oferta gastronómica de los restaurantes de La Gomera. El gofio, la savia de palma, que cuenta con el Centro de Interpretación de la Miel de Palma, el queso de cabra y el ganado vacuno de la isla.
San Sebastián de La Gomera
En 1492 contaba con una bahía natural de fácil acceso, por lo que fue elegida por Cristóbal Colón como el lugar adecuado para atracar sus naves y aprovisionarse de víveres y agua antes de zarpar rumbo a lo desconocido.
En el mismo San Sebastián de La Gomera se encuentra el Pozo de la Aguada, que sirvió para abastecer de agua a los tripulantes en las tres travesías que realizó Colón.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cuya construcción en la época de Cristóbal Colón se asemejaba más a una pequeña ermita que a la que encontramos en la actualidad, es una parada fundamental para comprender la cultura de esta isla junto a la Casa de Colón, inmueble rodeado de viviendas con estructura del siglo XV.
Desde San Sebastián de la Gomera hacia el sur por carretera se llega a la Degollada de Peraza. En ese barranco ajusticiaron los aborígenes de la isla al señor castellano Hernán Peraza, cuya muerte determinó el castigo ejemplar con el que se sometió a toda la población apenas unos años antes de la llegada de Cristóbal Colón.
Vallehermoso
Gerián es el inicio del mundo para Cristóbal Colón. En 1492 era un pueblo pequeño de casas cueva donde vivían los aborígenes que en aquella época habitaban en la isla bajo el dominio de la corona de Castilla española. Estas casas cueva perduran hoy día. Desde Gerián se pueden disfrutar las vistas de Montaña del Adivino, enclave rodeado de mística por la belleza del paisaje cuando lo envuelven los vientos alisios.
Valle Gran Rey
Lugar ideal para el aprovisionamiento de agua, ya que cae de forma abundante en la zona del risco de Guadá. En este barranco se reunieron los aborígenes en Consejo para quitar la vida del señor de la isla en 1488, Hernán Peraza, lo que motivó la Rebelión de los gomeros y la sangrienta represalia de la Corona de Castilla. El lugar se puede disfrutar desde el Mirador del Palmarejo, diseñado por el artista César Manrique. En él se vive la experiencia inolvidable de flotar sobre el paisaje natural.
Alajeró
En lo alto de la montaña del Calvario se encuentra la ermita de San Isidro, que se levantó sobre la montaña de Tagaragunche, en donde se encontraron restos de antiguos habitantes de la Isla. Allí se contempla la inmensidad del sur de La Gomera y la sobrecogedora belleza del mar.
Hermigua
En este valle de gran belleza se encuentra el Museo Etnográfico de La Gomera, donde se pueden conocer las tradiciones y costumbres con la heroica capacidad de adaptación de sus habitantes a las dificultades que representa su relieve. Precisamente por estas dificultades surge el Silbo Gomero, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Es el único lugar del mundo donde existe este lenguaje silbado, que es utilizado todavía hoy para comunicarse en distancias separadas por sus abruptos barrancos.
Agulo
Agulo, encajado entre riscos casi verticales que desembocan en el océano atlántico, posee un precioso casco histórico de estrechas calles, magníficos ejemplos de la arquitectura tradicional de los siglos XVIII y XIX. El municipio está dispuesto en bancales muy definidos, desde las casas hasta el mar, que son un ejemplo de la agricultura heroica de los gomeros.
