El mundo aborigen de La Palma

Recorridos imprescindibles para conocer los vestigios de los primeros habitantes de la Isla Bonita

Grabados rupestres, yacimientos, museos, el legado de los llamados benahoaritas, los primeros habitantes de La Palma, sigue presente en esta isla, la última en ser conquistada por la Corona de Castilla en 1492.

Aunque La Palma fue una de las primeras Islas Canarias en tratar de ser conquistada, su orografía y la bravura de sus habitantes, la dejaron para el final. Una hazaña que se debe en gran parte a los benahoaritas, quienes vivían completamente mimetizados con la naturaleza. De hecho, el corazón de la Isla Bonita, donde está el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, se denominaba Aceró, que en lengua benahoarita significa Lugar Fuerte.

Esta es una guía para seguir la huella de los benahoaritas en su lugar de origen.

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Los yacimientos de La Fajana y El Verde, en El Paso, son dos de las estaciones de grabados rupestres más importantes de la isla. Por ello, el municipio cuenta con el Centro de Interpretación Petroglifos "Benehauno". Allí se puede admirar la riqueza arqueológica del Valle de Aridane, que es muy variada. Posee extensos poblados de cuevas y cabañas, así como impresionantes vestigios de carácter mágico-religioso; almogarenes, conjuntos de canalillos y cazoletas o amontonamientos de piedra.

El centro cuenta además con un centenar de estaciones de grabados rupestres de motivos geométricos, concentradas, esencialmente, en el Pico de Benjenao, con ejemplos sobresalientes también como los del Lomo de Tamarahoya y Lomo Gordo. Desde el centro se realizan rutas guiadas a estaciones de grabados rupestres, espeleología y talleres de Salto del Pastor. Esta era una práctica muy generalizada en los Benahoaritas para bajar rápidamente los altísimos barrancos de la isla. Actualmente es un deporte típico de La Palma.

En Villa de Mazo encontramos el Centro arqueológico de la Cueva de Belmaco que incluye petroglifos y vestigios de los benahoaritas. Este yacimiento, descubierto en el siglo XVIII, fue el primer lugar de las Islas Canarias donde se hallaron petroglifos.

Con diez cuevas naturales en las que se pueden encontrar grabados rupestres, este conjunto arqueológico ha sido declarado Monumento Histórico Artístico. Para llegar es recomendable dejar el coche en el parquin, y recorrer los diferentes yacimientos a pie.

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Las manifestaciones rupestres situadas en las paredes del Barranco de La Zarza, en Garafía, en el paraje conocido como Caboco de La Zarza y en su afluente, el barranquillo de La Zarcita, son uno de los mejores conjuntos de arte rupestre de La Palma, tanto por la amplitud de la superficie grabada, como por la complejidad y desarrollo de los motivos.

La Zarcita contiene dos paneles formados por una espiral y otra espiral con meandros orientados a los ocasos de los solsticios de verano e invierno respectivamente. También en este conjunto predominan los motivos meandriformes y unas pocas espirales. En total son 20 paneles, de los cuales 15 se orientan al amanecer del solsticio de verano y 5 al amanecer del solsticio de invierno.

Un poco más abajo, en el margen izquierdo del Barranco de La Zarza, existen otras dos estaciones conocidas como el Llano de La Zarza, con un meandriforme orientado al alba del solsticio de invierno.

La visita al centro Parque Cultural La Zarza se puede combinar con una de las rutas a pie más bonitas de la isla: el PR LP 9.2, que te llevará a la Caldera del Agua, también conocida como la Capilla Sixtina de la naturaleza.

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De interés para los visitantes y para los científicos, El Museo Benahoarita posee una extensa colección de restos arqueológicos hallados en yacimientos de La Palma perfectamente catalogados. Además, alberga en su interior una exposición fija sobre benahoaritas, pobladores de la isla antes de la conquista de la misma y su incorporación a la Corona de Castilla. Su hábitat, sus viviendas, sus industrias y su cultura están recogidas en elementos y artículos que las representan. Posee representaciones de éstos en forma de esculturas de tamaño natural y puede visitarse de lunes a sábado.

El mundo aborigen de La Palma está muy presente en la vida de los habitantes de la Isla Bonita, que honra a sus ancestros en actividades deportivas como la lucha canaria o el salto del pastor, así como en celebraciones populares con gastronomía heredada de los benahoaritas como el gofio y obras de arte que les rinden homenaje como el mural dedicado a Tanausú en la Casa de la Cultura Braulio Martín de El Paso.

Tras la visita al Museo, se puede continuar callejeando por los Llanos de Aridane y sentir su cosmopolita espíritu, además de admirar su centro histórico y su Museo en la calle.

Por último, en la localidad de San Andrés y Sauces, se encuentra el Centro de Visitantes del Tendal. Los benahoaritas, antiguos habitantes de la isla de La Palma, son el centro de estudio de este complejo que explica las costumbres, las creencias y el origen de los benahoaritas.