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En El Hierro llevamos mirando al cielo desde hace casi 25 años cuando un pequeño grupo de entusiastas decidieron poner en práctica ese viejo sueño de la humanidad volando en parapente.
Desde entonces, este deporte ha estado fuertemente ligado al imaginario de marca de la isla convirtiéndose en un símbolo más; así como el Charco Azul o la sabina, también lo es la imagen de un parapentista que vuela sobre el Valle de El Golfo.
Actualmente, para muchos, El Hierro sigue siendo un lugar remoto, pero hay quienes dentro de su lejanía lo han bautizado como el “Acro Paraíso” herreño. ¿Quieres saber a qué se debe?
Las mejores condiciones del mundo para volar en parapente
La impresionante ladera del Valle de El Gofo es la culpable de tal atributo. La gran depresión volcánica que se formó en la cara norte de la isla tras el megadeslizamiento de tierra ocurrido hace miles de años dejó una caída vertical de más de 1.000 metros de desnivel con escarpadas paredes y vertiginosos acantilados.
El paisaje es espectacular, sin duda alguna, pero no es el único motivo de semejante distinción. Resulta que lo que aquí ocurre sucede en pocos lugares del planeta. Esto se debe a la propia orientación de la isla, a la influencia de los vientos alisios, a las cálidas temperaturas que caracterizan al archipiélago y a la posibilidad de despegar desde diferentes cotas. Todo ello hace posible que este sea un lugar ideal para el vuelo los 365 días del año.
Sabinosa, el paraíso de las acrobacias
El pueblo más occidental del país, cuna del folclore herreño, se ha convertido desde hace algunos años en referente mundial para centenares de pilotos de parapente acrobático que llegan atraídos por las condiciones únicas que se dan en esta zona.
La élite mundial ha establecido aquí su campamento base para perfeccionar su técnica antes de que empiece la temporada de competición. Campeones del mundo, recordman y jóvenes promesas de esta modalidad han descubierto el potencial de esta zona donde el alisio ejerce una fuerte presión que hace posible el entrenamiento durante toda la jornada.
Mientras que Europa está congelada en los meses de invierno y no reúne las condiciones idóneas para volar, nuestra isla se convierte en el lugar de referencia por su buen clima y una orografía que la hace única con una de las laderas más populares del continente.
Entrenamiento non stop
Pilotos de todo el mundo han encontrado en El Hierro un lugar en el que poder poner en práctica las maniobras más arriesgadas durante largas horas al día. Ese lugar es Sabinosa: el “Acro Paraíso”.
Después de despegar a pie de carretera, los pilotos se acercan al risco y ascienden por él rápidamente gracias a una corriente que les permite elevarse en poco tiempo. Cuando ya obtienen la altura necesaria, realizan sus maniobras, gastan el aire y de nuevo vuelven a pegarse a la ladera para ascender hasta los 1.000 metros de altitud en menos de tres minutos. Así cada día de manera ininterrumpida durante muchas horas.
Lo habitual es ascender a la montaña en un vehículo, despegar, realizar una maniobra y aterrizar, perdiendo muchas horas de entreno por el camino. ¡Imagina cuando se enteraron de que en El Hierro podían estar más de cuatro horas en el aire sin parar!
Existen escasos lugares en el mundo con estas características que se cuentan con los dedos de una mano y, para sorpresa nuestra, Sabinosa resulta ser uno de ellos.
Los mejores paisajes y las mejores vistas
No todo va a ser entrenar. Aunque sí es verdad que a estos chicos los vemos poco fuera de Sabinosa, la isla les ofrece numerosas zonas de vuelo donde los pilotos pueden disfrutar de una belleza natural única y unas vistas de infarto.
Ejemplo de ello es el Mirador de La Peña, obra del artista lanzaroteño César Manrique. Se trata de un enclave mágico donde, desde un lugar privilegiado, pueden contemplar esta obra arquitectónica incrustada en el acantilado y toda la dorsal del Valle de El Golfo con los Roques de Salmor como centinelas.
Las vistas son extraordinarias no solo para el piloto que sobrevuela la zona sino también para quien se encuentre con el espectáculo aéreo que nos ofrecen los pilotos más experimentados cuando despegan desde esta localización.
Una experiencia también apta para el resto de mortales
Tranquilos amigos, que no cunda el pánico porque el placer de volar en parapente no está reservado solo para superhéroes. Afortunadamente en la isla operan varias empresas con las que podrás contratar un vuelo en biplaza y sentir tú también lo que es volar libremente, sin motores, sin más sonido que el viento.
Sin duda, una experiencia única e irrepetible que, aunque haya tardado treinta y un años en probar, hoy recomiendo encarecidamente a todo aquel que quiera ver, disfrutar y empaparse de El Hierro desde “otra perspectiva”.