La ruta comienza recorriendo la ensenada del Burgado donde los dos roques nos muestran el resultado de la erosión marina que ha hecho retrocedes la línea de costa, dándole la característica forma convexa.
Esta zona es conocida como Punta de Los Pejes Verdes; el mirador nos permite disfrutar de una vista panorámica del Roque Grande y Roque Chico. La base de estos roques productos del retroceso del acantilado muestran la erosión marina que ha creado vistosas oquedades por donde penetran las olas. Nos rodea un excepcional cardonal que se recorta contra las aguas marinas.
Debemos cruzar esta urbanización turística, producto del desarrollismo de lso años 70 del pasado siglo. Las plantaciones de platanera fueron sustituidas por estas construcciones que llegaron hasta el borde del acantilado y modificaron el paisaje.
Atravesamos este barranco, uno de los cuatro del sendero. Toma su nombre de una especie forestal de la laurisilva, ya que este cauce proviene de la zona alta de Los Realejos, donde hay un pago de este nombre.
Ante nosotros una bajada de 211 escalones a un lugar encantado: las ruinas de la estación de bombeo de La Gordejuela, donde la compañía Hamilton instaló en el año 1903 la primera máquina de vapor en la isla. Desde aquí se elevaba el oro blanco de estas islas, el agua, para los cultivos de platanera que aún podemos ver en nuestra ruta, especialmente en la parte final. En el siglo XIX, era visitada ya esta zona por el espectáculo de las cascadas de la Gordejuela, con saltos de agua que iban al mar hasta que se produjo este aprovechamiento.
Bajar a esta playa es un paseo que nos lleva nuevamente a una infraestructura hídrica, un pozo en funcionamiento que nos sigue hablando de la importancia del agua en este espacio protegido. La playa es la típica del litoral de norte de bocabarranco con grandes callaos.
Otee el horizonte a la búsqueda de una vela, pues este pequeño fortín tenía como misión proteger esta rica hacienda de la piratería. Tenerife sufrió entre los siglos XV y XVII ataques piráticos a menudo, como el resto del Archipiélago. El pequeño fortín artillado de San Fernando es un recuerdo de esta época, ya que la playa bajo este saliente era un lugar de desembarco. Lo mando construir Hernando de Castro en el siglo XVI, beneficiado de esta hacienda por el conquistador de Tenerife, Alonso Fernández de Lugo.
Jardín del edén, hacienda deliciosa de terreno amenísimo o rincón admirable y más hermoso son algunas de las descripciones que ha recibido de viajeros y escritores este espacio. Aún hoy mantiene su esplendor, con uno de los más bellos palmerales de la isla entre el que destaca la excepcional casona de Castro. Un ejemplo de la arquitectura tradicional canaria de casas de campo, que data del siglo XVI donde podemos observar los elementos característicos de las edificaciones típicas como los patios, balcones de madera e incluso sus lavaderos exteriores.
Finalizamos ascendiendo desde la Casona por un camino de empedrado tradicional, que pasa ante la ermita de San Pedro, cuya fábrica es del siglo XVI y que alberga una interesante talla barroca del apostol. Frente a ella, una cruz de madera parece bendecir este maravilloso paraje, mientras alcanzamos el final en el mirador de San Pedro, final de la ruta. Aquí tenemos una espléndida vista panorámica sobre la costa norte de Tenerife, tanto del litoral que hemos recorrido como el que avanza hacia el oeste hacia San Juan de la Rambla.
- Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
- Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
- No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
- Respeta la señalización de los senderos. Salirse de los caminos habilitados provoca daños en el entorno y además puede ser peligroso para ti y para quienes te acompañan.
- Es más seguro llevar a tu mascota con correa.
- Procura no alterar la tranquilidad del entorno con ruidos excesivos (música alta, gritos...).