Todo lo que debes saber sobre la escalada en Gran Canaria

Lo llaman “el rocódromo de Canarias” porque la isla es perfecta para la escalada, ya sea de manera profesional o para principiantes.

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El origen volcánico de Gran Canaria la convierte en un paraíso de formaciones rocosas de todos los tipos y tamaños. Hasta el punto de que muchos han apodado a la isla “el rocódromo de Canarias”. Aunque todas las islas del archipiélago cuentan con espacios óptimos para realizar escalada, lo cierto es que Gran Canaria dispone de un relieve repleto de contrastes en el que los escaladores de todos los niveles tendrán la posibilidad de practicar las distintas disciplinas. Pero no sólo la orografía es privilegiada. En Gran Canaria, además, viven muchos de los mejores escaladores de Europa, o pasan en la isla largas temporadas al año. Precisamente por eso, buena parte de los espacios más importantes para escalar han sido equipados por profesionales, y el material usado en la roca es de la mejor calidad, pues está avalado por especialistas. Pero, ¿cuáles son los puntos más idóneos para practicar escalada? A continuación, te indicamos los más recomendados.

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Uno de los mejores escenarios para la práctica de la escalada clásica está en el caserío de Ayacata. Situado en las cumbres centrales de Gran Canaria, dispone de varias paredes con 200 vías indicadas para iniciarse en la escalada de varios largos. Todas transcurren por las diferentes estructuras volcánicas, y su grado de dificultad aumenta hasta el punto de hallar aquí algunas de las vías más comprometidas de la isla. La pared de El Frontón, la más cercana al caserío de Ayacata, es la más frecuentada y popular, junto con la pared de La Librería. Ambas son surcadas por numerosas rutas, algunas muy emblemáticas que alcanzan los 150 metros de altura. También conocidos y de mayor altura –se elevan hasta los 200 metros– son el risco de El Laurel y la pared de El Pino. Y para quienes quieran escalar el Roque Nublo, hay vías de todos los niveles de dificultad.

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La escalada deportiva encuentra su meca en el bonito pueblo de Fataga, situado en la vertiente sur de Gran Canaria. Aquí se encuentra el conocido como valle de Las Mil Palmeras, un hermoso paraje natural tapizado del verde de la vegetación que contrasta con el basalto rojizo de las paredes rocosas. Es una de las zonas predilectas para los incondicionales de esta modalidad debido a la variedad de grados de dificultad. A pesar de tener rutas limitadas, su buen equipamiento y la posibilidad de poder escalar casi todo el año han hecho que el barranco de Fataga sea tan frecuentado. Se recomienda ascenderlo en los meses menos calurosos. En verano también permite abordar sus vías de basalto de canto plano, cuya altura máxima alcanza los 30 metros.

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En el Parque Natural de Tamadaba, en el noroeste de Gran Canaria, y cerca del pueblo de Artenara, se encuentra la principal zona de escalada deportiva de la isla. Este paisaje alberga uno de los pinares mejor conservados de las Islas Canarias. Reino casi absoluto de la escalada en placa, entre barrancos y bosques hay alrededor de 400 rutas —con todo tipo de niveles, de medios a altos— que se reparten por sus acantilados más escarpados. Todas las vías están dotadas de un buen equipamiento y, a pesar del predominio de niveles expertos, también pueden hacerse algunas de nivel bajo, ya que su escuela está en expansión, creando constantemente excelentes itinerarios para principiantes. Excepto en invierno, puede escalarse todo el año, salvo en algunos tramos acotados. Además, hay una zona donde se permite acampar una vez solicitado el permiso al Área de Medioambiente del Cabildo de Gran Canaria, pues el cuidado del entorno del Parque Natural es, al final, la gran prioridad de los escaladores.