Quedan pocos lugares en el mundo que puedan explorarse únicamente a pie. Con más kilómetros de senderos que de carreteras, la isla más occidental del archipiélago canario es una de esas raras excepciones. Un destino con una naturaleza tan singular que merece la pena ser contemplada paso a paso.
La isla más pequeña del archipiélago es un gran destino para disfrutar al aire libre. Sus casi 270 kilómetros cuadrados albergan espectaculares cráteres volcánicos, bosques únicos, escarpados valles, picos de gran altura y cientos de especies de flora y fauna. Un tranquilo paraíso natural lleno de contrastes que fue declarado Reserva de la Biosfera ya en el año 2000.
Senderos para descubrir El Hierro
Descubrir El Hierro a pie es un auténtico placer. Y es que, además de las decenas de itinerarios ya existentes, la isla ofrece la posibilidad de emprender una aventura propia tomando caminos señalizados con total libertad. Muchas rutas comparten ubicaciones lo que, añadido a una amplia red de senderos interconectada, permite al caminante crear una infinidad de alternativas adecuadas a su nivel e intereses.

La Ruta de la Llanía, un recorrido de lo más plácido
Sorprendente, amigable y llena de magnetismo: la Ruta de la Llanía resume el espíritu de El Hierro en un agradable paseo. Un camino circular y sin dificultad que se adapta a las ganas de andar del caminante con tres variantes que van desde los cuatro kilómetros hasta los siete y medio. Todas ellas, sin embargo, visitan los principales puntos de interés, por lo que es imposible perderse nada.
Para recorrer este sendero hay que tomar la HI-1, el eje principal que une Valverde con el suroeste. A medio camino, en pleno corazón de la isla, se sitúa su arco de madera, la puerta de entrada a un carrusel de paisajes a cual más bello. El primero es El Brezal, un hechizante bosque húmedo con clima propio. Su densa vegetación, compuesta por árboles de cuento, retiene la niebla y filtra la luz del sol creando imágenes mágicas. Casi sin uno darse cuenta, la ruta se adentra en un antiguo bosque de laurisilva, tan característico del archipiélago como el pinar canario que le sigue.
La próxima parada es la fuente de El Lomo, un aljibe de piedra testimonio de la escasez de agua que ha vivido la población herreña a lo largo de la historia. Desde este punto el paisaje cambia para mostrar su cara más volcánica. La ruta conduce hasta la caldera de la Hoya de Fireba, uno de los cráteres mejor conservados de la isla, al cual es posible asomarse desde su propio mirador. El sendero sigue por lugares de leyenda como el bailadero de Las Brujas hasta llegar al punto de regreso, que lo marca el Mirador de La Llanía y su espectacular panorámica del valle de El Golfo con el Atlántico de fondo.
Ruta por El Sabinar, un paseo por un bosque encantado
La parte más occidental de El Hierro atesora lugares mágicos, pero quizá uno de los más icónicos sea el bosque donde los árboles se retuercen al son de los alisios. La mejor forma de visitarlo es tomando el sendero circular PR-EH9, un trazado de algo más de siete kilómetros con diferentes variantes.
El recorrido empieza en la ermita de La Dehesa en dirección al Mirador de Sabinosa, donde espera la primera sorpresa del camino. Tras una parada casi obligada y con unas espectaculares vistas del valle de El Golfo de fondo, la ruta sigue por zonas verdes y pinares llenos de vida animal hasta llegar al hogar de las sabinas, un singular bosque en el que cada árbol es más sorprendente y fotografiable que el anterior.






El Camino de la Virgen, una ruta de altura
La Ermita de Nuestra Señora de Los Reyes, situada en el Parque Natural de La Dehesa, y la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de Valverde están conectadas por un camino muy especial. Uno que cruza la isla de oeste a este a través de sus cumbres centrales y que permite conocer el pasado y tradición de la isla, pues esta antigua senda de pastores es la misma que realiza la Bajada de la Virgen, una importante festividad en forma de procesión que cada cuatro años reúne a los herreños en honor a su patrona.
Los algo más de 27 kilómetros de esta ruta demandan de una jornada completa y algo de preparación, especialmente con el equipo. Pero el esfuerzo vale sobradamente la pena. Subidas y bajadas decoradas con pintorescos sabinares y pinares canarios, los cuales guían al caminante hasta espectaculares panorámicas a lo largo de la isla. Las laderas del Parque Cultural de El Julan, el espectacular valle de El Golfo, El Pinar y la verde meseta de Nisdafe como punto y final.
El recorrido también visita algunas joyas naturales como la hHoya de Fireba o el pico de Malpaso, el punto más alto de la isla, lo que sin duda invita a una parada. Para poder disfrutar con calma se puede dividir el recorrido en dos etapas haciendo una primera parada en La Dehesa para retomar al día siguiente desde el Paisaje Protegido de Ventejís.