Un paseo inolvidable por la tranquila isla de El Hierro
El Hierro es tranquila y a la vez enigmática, con un clima suave y agradable durante todo el año al igual que el resto del archipiélago canario, una isla donde podemos encontrar rincones naturales que parecen recién salidos de un sueño. Algunos cruceros atracan en esta isla declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO e invitan a los viajeros a disfrutar de un lugar único que destaca, entre otros atractivos, por sus paisajes, por el impecable estado de conservación de sus espacios naturales y por el pausado ritmo de vida. Estos son algunos de los imprescindibles de El Hierro que debemos conocer durante la escala de nuestro crucero en la isla.
Mar de las Calmas
Los aficionados al buceo tienen aquí una visita imprescindible, donde incluso se celebra todos los años el Open Fotosub, uno de los certámenes de fotografía subacuática más importantes del mundo. Situado frente al bonito pueblo de pescadores de La Restinga, el Mar de las Calmas cuenta con varias zonas de buceo, aunque la más popular es la de El Bajón. Formada por una impresionante montaña submarina de paredes verticales, acoge una rica fauna: aquí podremos ver desde meros de grandes proporciones hasta la ocasional visita de mantas diablo.
Mirador de La Peña
En la isla existen varios miradores, aunque quizá el más famoso sea el Mirador de La Peña, que debemos al artista lanzaroteño César Manrique, toda una institución en Canarias. Se encuentra en Guarazoca, en el norte de la isla, y nos regala una impresionante panorámica del Valle de El Golfo, producto de un megadeslizamiento de tierra que tuvo lugar hace cientos de miles de años dando lugar a este sobrecogedor espectáculo natural. Como ocurre con toda la obra de Manrique, el mirador, acristalado y rodeado de un bello jardín con especies autóctonas, destaca por su voluntad orgánica, por el deseo de integrarse en el paisaje. Su restaurante, El Mirador de La Peña, es también un lugar muy especial para hacer un alto en el camino.
Roque de la Bonanza
Es uno de los símbolos de la isla, una formación rocosa singular que emerge, solitario, del fondo marino. Este dique volcánico acoge una rica vida bajo el agua y desde el que, en los días despejados, podemos divisar las siluetas de las islas de La Gomera y Tenerife.
Garoé, el árbol santo
Otro emblema de El Hierro es este árbol que fue sagrado para los bimbaches, nombre de los primeros pobladores de la isla, ya que de él obtenían el agua necesaria para sobrevivir. Tras ser derribado por un huracán en el siglo XVII, fue replantado en 1949. Una visita al Centro de Interpretación Árbol Garoé nos permitirá descubrir todas las leyendas que rodean a este árbol de cuento, que incluye, cómo no, princesas despechadas y amores turbulentos.
Sabinar de La Dehesa
Es difícil no caer rendidos a los encantos de estas sabinas, peculiares arbustos autóctonos de la isla cuyo tronco se retuerce hasta casi rozar el suelo debido a la constante acción del viento. Antes de visitarlas podemos parar en el pueblo de Sabinosa, en el municipio de La Frontera, donde además disfrutaremos de unas vistas impresionantes de la parte occidental del Valle de El Golfo.
Pozo de las Calcosas
Este rincón del municipio de Valverde es una bahía natural cerrada por un acantilado, donde se alza un poblado de apenas veinte casas levantadas con piedra de lava y tejado de colmo (un material vegetal similar a la paja). Su acceso es algo complicado, pues solo se llega caminando, pero el periplo vale la pena: el Pozo de las Calcosas es un lugar mágico con dos hermosas piscinas naturales en las que podremos bañarnos en el más absoluto silencio.
Charco Azul
El Hierro es un paraíso de zonas de baño increíbles, rocosas o de arena volcánica, familiares o solitarias y salvajes, enigmáticas, tranquilas, para nadar, bucear, descansar… Seguro que cada viajero encontrará la suya, aquella que parece expresamente diseñada para él. Uno de los rincones más bonitos es el Charco Azul, clásica postal de la isla, un paradisíaco remanso de aguas cristalinas de color turquesa que se forma en el interior de una cueva horadada en el acantilado por la acción marina.
Bosque de La Llanía
Este rinconcito del que parece que en cualquier momento van a emerger Hänsel y Gretel es carismático e instagrameable a partes iguales. Hay varios senderos para recorrerlo, todos ellos sencillos y accesibles, que nos regalan paisajes cambiantes, desde bosques agrestes y tupidos a caminos de helechos, zonas más áridas, fuentes, llanuras y rincones repletos de leyendas. Es el caso del llamado Bailadero de las Brujas, un llano en el que tradicionalmente se decía que no crecían árboles porque sobre él bailaban las brujas.
Faro de Orchilla
El punto más occidental de España, que en la Antigüedad fue considerado el confín del mundo, es este hechizante faro que crece al pie de acantilados salvajes, y aún hoy en día se mantiene alejado del mundo y rodeado de envolventes y enigmáticos paisajes volcánicos donde reina el silencio.
Piscinas naturales de La Maceta
Hay mil rincones en El Hierro para darse un placentero baño a cualquier hora, pero pocos tan agradables como estas tres piscinas naturales que cuentan con numerosos servicios, muy frecuentadas por la población local.
El Julan
Este parque cultural aúna naturaleza y cultura. Es una combinación perfecta de paisajes estremecedores y restos arqueológicos, legado de los bimbaches que pueden descubrirse en una visita guiada que, sin duda, vale mucho la pena.