Conversamos con la joven promesa del surf en Europa
Luis Díaz (Gran Canaria, 1998) es uno de los mejores surfistas españoles de su generación. Avalan su corta pero potente trayectoria una victoria en el US Open of Surfing Junior del 2016; un bronce en el Mundial del 2017 con la selección española; los campeonatos de las Islas Canarias absoluto y de España junior; el tercer puesto en el Boardmasters, prueba inglesa de las World Qualifying Series de la World Surfing League; el triunfo en la Superliga Siroko (un circuito invitacional a nivel español); el subcampeonato de Europa sub-16… Un crack.
El canario nos habla de su vida sobre una tabla y de su tierra, que valora como uno de los mejores destinos para surfers y turistas en general.
Lo has dejado todo para dedicarte a tu pasión: el surf.
Sí, he pasado a competir en categorías absolutas, con gente mucho más experimentada, y ha sido un cambio complicado. Pero ha llegado el momento de darle caña e ir para arriba. Mi objetivo es entrar en el top 100 mundial para poder participar en eventos más importantes, y a partir de ahí intentar pasar al Championship Tour, donde solo compiten los 32 mejores del mundo y donde no hay ningún español desde el 2007. Fue Aritz Aranburu, el único que lo logró.
«El surfer de verdad, el de toda la vida, respeta el lugar al que llega y a su gente. Es una norma no escrita. Hay que dejar el sitio tal como lo has encontrado al llegar. O mejor»
Por lo que afirman los expertos, tienes nivel para lograrlo.
Es muy complicado porque hay mucha gente, pero es posible. La cabeza es muy importante en el mar, y no siempre gana el mejor. Dependes mucho de las olas, de la constancia que tengas, de saber llevar los nervios. Y eso es casi más importante que la habilidad porque técnicamente el nivel es parecido entre nosotros. En el surf, lo más importante es tener la cabeza bien amueblada.
¿Cómo comenzaste? Porque tú jugabas al fútbol.
¡Y me encantaba! Era muy futbolero, pero un día me regalaron unas clases de surfing, algo que no me llamaba nada. Y me atrapó.
¡Qué curioso! ¿Y eso?
Bueno, me atrapó porque estás en la naturaleza, en el mar, en la playa… Aprendí a surfear cada vez más y al cabo de dos años dejé el fútbol y me pasé al surf.
«En el surf, lo más importante es tener la cabeza bien amueblada»
¿Tan fuerte es la conexión con el mar sobre una tabla?
Sí. Es muy diferente a cuando te bañas. Surfeando tienes otra visión, te mueves con las corrientes: te dejas llevar por el mar. Es una conexión muy profunda que te atrapa porque es muy pura. Hay momentos, como cuando hay buenas olas al atardecer y estás con tus amigos, que son regalos, cosas muy bonitas que valen mucho. Algunos dirían que es casi místico.
Pero también es un deporte movido.
Claro. Aquello de lo que los bañistas huyen tú lo buscas, y te da mucha adrenalina. Al fin y al cabo, es un deporte extremo aunque no lo parezca porque a veces hay situaciones complicadas.
Tú has viajado por medio mundo para surfear. Tendrás una opinión muy formada de las Islas Canarias.
He surfeado en Indonesia, Hawai, Brasil, Australia, el Caribe, Marruecos, California… Y te aseguro que las Islas Canarias es de los mejores sitios del mundo para surfear y disfrutar de la playa. Es el paraíso: tiene olas buenas, buen clima, sitios bonitos, se come bien, es barato… Yo me he criado ahí y tengo a mi gente, así que cuando vuelvo de competir fuera, regresar a casa es un premio.
Vamos, que aquí surfeas de maravilla.
Soy de Las Palmas de Gran Canaria. Mi madre vive en la playa de Las Canteras, en la zona de la Cícer, y mi padre en Moya, en la costa norte, donde hay olas muy buenas, igual que en Gáldar o Telde, esta última en el este de Gran Canaria. De hecho, en las siete islas hay olas para surfistas de todos los niveles. Es una suerte que sea un lugar de primera para surfear, por eso vienen de todo el mundo. Así a bote pronto recomendaría otras playas como las de El Cotillo (Fuerteventura), Famara (Lanzarote) y El Socorro (Tenerife).
«Aquello de lo que los bañistas huyen tú lo buscas, y te da mucha adrenalina. Al fin y al cabo, es un deporte extremo aunque no lo parezca porque a veces hay situaciones complicadas»
Decías que van muchos turistas a las Islas Canarias. ¿Qué mensaje les enviarías?
Que respeten el medioambiente. El surf es un deporte muy limpio. De hecho, los surfistas sufrimos mucho cuando vemos suciedad en el agua. Si veo un plástico y me cabe en el traje, lo recojo para tirarlo luego en tierra firme. Me duele el alma cuando veo el agua cristalina y porquería flotando. El surfer de verdad, el de toda la vida, respeta el lugar al que llega y a su gente. Es una norma no escrita. Hay que dejar el sitio tal como lo has encontrado al llegar. O mejor.
En las Islas Canarias, ¿cómo está el mar?
Pues limpio, la verdad, aunque cuando entran marejadas grandes a veces puede haber algo de suciedad, o cerca de los puertos. Pero eso de ver pescados saltando a mi lado mientras surfeo me ha pasado mil veces. ¡Está guay!