Lo que no te puedes perder de El Hierro

Lugares imprescindibles en El Hierro para disfrutar de las Islas Canarias

El Hierro conserva todavía numerosos paisajes naturales intactos desde su origen. Una isla enigmática, envuelta en un halo de misticismo y que, en su día, marcaba el fin del mundo conocido. Una naturaleza virgen de bosques milenarios y aguas cristalinas repletas de abundante vida submarina que invita a la relajación y la desconexión. Por eso es conocida como La Isla con Alma y, por el mismo motivo, en su lista de lugares imprescindibles que visitar abundan los espacios naturales.

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Este pequeño pueblo marinero cercano a la Reserva Marina del Mar de las Calmas es un punto de atracción de primer orden para quienes aman el buceo, pues encuentran aquí las mejores condiciones para practicar el submarinismo, además de todos los servicios y un ambiente de camaradería excepcional. Pero si el buceo no se encuentra entre tus aficiones, no importa, una visita a La Restinga no puede faltar en el recorrido por la Isla del Meridiano. La pequeña cala de aguas cristalinas y tranquilas invita a tomar el sol y un relajante baño. A la hora de comer, hay donde elegir, pues son numerosos los restaurantes que ofrecen una buena muestra de la gastronomía herreña, cuya estrella principal es sin duda el pescado recién capturado.

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El oleaje ha ido horadando la colada de lava que llegó hasta el mar y creó esta idílica piscina natural que quedó resguardada bajo un imponente arco de piedra volcánica. Sus tranquilas aguas de intenso color turquesa contrastan con la oscura roca y la espuma blanca de las olas que rompen en el exterior, creando así un entorno único que nos atrapa al instante. El acceso a este rincón de ensueño es bastante sencillo y, para mayor comodidad, dispone de solárium. Aun así, es poco frecuentado, por lo que disfrutar en este paraíso junto al mar nos hará olvidar la rutina y el estrés del día a día.

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El extremo más al oeste de la isla -y de España- esconde bellos paisajes y grandes historias. Este espacio natural, integrado en el Geoparque de El Hierro, fue la última tierra que avistó Cristóbal Colón antes de su llegada al Nuevo Mundo y es el predecesor de Greenwich como meridiano cero. De hecho, su célebre faro fue construido sobre él. Un lugar de calma donde contemplar cómo el Atlántico se funde con dorados amaneceres y atardeceres naranjas. El Faro de Orchilla es, además, un excelente punto para la observación de las estrellas. El premio perfecto para el final de una ruta romántica o un plan que deje volar la imaginación de los más pequeños.

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Punta de Orchilla - El fin del mundo
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Orchilla, El Hierro.
Orchilla, El Hierro.
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¿Conoces algún lugar donde los árboles hagan una reverencia al viento? Probablemente no, pues esto sucede en muy pocas zonas del mundo y El Hierro es una de ellas. En el Sabinar de La Dehesa los troncos de centenarias sabinas se retuercen ante la constante acción de los vientos alisios, conformando un bosquete abierto muy peculiar que a nadie deja indiferente. Los tonos marrones del color de la tierra volcánica abundan en el paisaje que acoge este capricho natural, creando un maravilloso contraste con el verde de la vegetación y el azul del cielo y del mar que se funden como telón de fondo.

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El lagarto gigante de El Hierro es una especie exclusiva de esta isla que se encuentra amenazada. Por ello, desde hace décadas se está intentando recuperar para garantizar la supervivencia futura de estos magníficos reptiles, únicos en el mundo. El Lagartario es un centro de cría en cautividad cuya finalidad es devolver al medio natural los ejemplares que van alcanzando la madurez adecuada. Observarlos de cerca y conocer sus particularidades, así como la labor del centro, es una preciosa experiencia. Junto al Lagartario se encuentra otra de las visitas que no pueden faltar, el Ecomuseo de Guinea, un lugar que nos adentra en la historia de la isla a través de su arquitectura popular. El recorrido por estas casas de piedra nos muestra la evolución de las viviendas y sus enseres a lo largo de los siglos. ¡Un auténtico viaje al pasado!

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El Hierro es isla de miradores. Y es que su propia orografía propicia que podamos admirar sus paisajes desde estas magníficas atalayas naturales. Uno de los más impresionantes es el Mirador de La Peña, obra del famoso artista lanzaroteño César Manrique que supo, gracias a su extraordinario talento y sensibilidad, integrar perfectamente en el paisaje esta construcción de piedra y madera declarada Bien de Interés Cultural. Situado a 700 metros de altitud, el interior alberga un restaurante desde donde podemos contemplar las espectaculares vistas del valle de El Golfo, con el inmenso océano azul de fondo, mientras degustamos exquisitos platos de la gastronomía de El Hierro.

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Los bimbaches, antiguos pobladores de la isla, nos dejaron muestras de su cultura en grabados sobre la piedra volcánica de las coladas de lava. Este tesoro de cinco siglos de antigüedad se encuentra en las laderas que se elevan desde el Mar de las Calmas, en el Parque Cultural de El Julan. Su valor es tal que la visita para contemplar los famosos Letreros y el resto de los elementos de la zona arqueológica solo puede realizarse en compañía de guías con acreditación, por lo que el recorrido comienza en el Centro de Interpretación. Una experiencia que nos conecta con los primeros pobladores de este pequeño rincón del mundo. No te la puedes perder.

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Los antiguos pobladores de la isla, los bimbaches, tenían un secreto: un árbol mágico del que obtenían el agua necesaria para su subsistencia, pues este era un recurso escaso en la isla. Pero no, en el Garoé o «Árbol Sagrado» no había un grifo. El agua se obtenía a través de un sistema mucho mejor: las hojas de un til (árbol propio de la laurisilva) capturaban las gotas que traía la bruma, un fenómeno conocido como «lluvia horizontal». Ese árbol fue destruido por un temporal y en su lugar se plantó otro ejemplar, conservando así la magia de este rincón tan especial, rodeado casi permanentemente por la niebla. Te encantará.