Las mejores rutas a vela de las Islas Canarias

Ocho islas diferentes, numerosos puertos deportivos repartidos por todo el archipiélago y un clima perfecto para navegar todo el año. Las Islas Canarias son uno de los mejores sitios para disfrutar de la navegación. Y también para realizar rutas a vela y vivir una experiencia inolvidable y cercana a la navegación oceánica. El plan perfecto para los amantes de este deporte.

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Las Islas Canarias cuentan con más de 30 puertos y marinas repartidas por todas las islas. Así que planificar una ruta para navegar en velero resulta bastante fácil porque la distancia entre cada puerto se puede cubrir en menos de una jornada de navegación. Por tanto, el archipiélago nos ofrece un montón de posibilidades para disfrutar de unos fantásticos paisajes y unos maravillosos fondos marinos que destacan por la riqueza de su biodiversidad. 

Existen infinidad de opciones a la hora de decidir qué ruta realizar. Desde planear la vuelta completa a una de las ocho islas, visitar dos o más islas diferentes durante varias jornadas de navegación o planificar un proyecto más ambicioso como es unir a vela todo el archipiélago. Todo dependerá del tiempo disponible, de las condiciones meteorológicas y de las capacidades de la tripulación. Porque las travesías en las Islas Canarias exigen cierto grado de experiencia en navegación en alta mar.

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El tiempo en el archipiélago está dominado por el anticiclón de las Azores y la influencia de los alisios. Así que lo habitual es que los vientos sean predominantes de dirección norte y nordeste. Todo lo que sea tener que navegar hacia el norte o nordeste, implica una navegación de ceñida o contra el viento, siempre más incómoda que cuando se realizan rumbos más abiertos.

A la hora de planificar un viaje a vela, independientemente del número de días o de islas que se van a visitar, hay que tener muy presente la época del año en la que se vaya a realizar el proyecto. Aunque podemos hacerlo todo el año, dado el buen clima que hay durante todas las estaciones, es especialmente recomendable en la temporada de invierno. 

La mejor época va desde noviembre a febrero. En este momento los vientos alisios están más calmados y las condiciones son más tranquilas. Junio, julio y agosto son los meses de mayor intensidad, cuando los alisios soplan con más fuerza, mientras que septiembre y octubre puede ser época de calmas y vientos extremadamente suaves. 

El resto de meses se mantendrá en mayor o menor medida la influencia de los alisios, pero con variaciones en intensidad y dirección. En ciertos momentos es posible tener semanas con vientos sur o del oeste. Así que lo recomendable, independientemente de la época del año en la que se opte por realizar una ruta a vela, es analizar con detenimiento las predicciones de viento y olas a través de aplicaciones especializadas.

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Otra consecuencia de la influencia de los alisios en las Islas Canarias es la aceleración del viento en algunas zonas costeras. El archipiélago consta de ocho islas, además de unos cuantos islotes, y todas reciben la mayor parte del año la llegada de los alisios desde el norte o el nordeste.

Al entrar en contacto con la isla, estos vientos se aceleran en determinados tramos, superando los 25 nudos (46 kilómetros por hora). Estas rachas de viento pueden complicar la navegación si no se conoce bien la zona o se adapta el barco en cuanto al trimado, ajustando las velas y preparando a la tripulación. Estas zonas están normalmente localizadas en el este o sureste de varias islas, como ocurre en Arrecife (Lanzarote), al sur de Puerto del Rosario y península de Jandía (Fuerteventura) o en el sureste de Gran Canaria y Tenerife.

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Recorrer Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura es un plan perfecto para un programa de navegación de entre 10 y 15 días. Planteando 7 jornadas de travesías a vela, se puede dedicar el resto del tiempo para descansar en las marinas y conocer los maravillosos paisajes de cada isla, así como sus fondos marinos, su oferta gastronómica y de ocio. Una experiencia única que permite al visitante conocer las islas desde el mar.

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Desde Gran Canaria es bastante fácil llegar a Fuerteventura, siempre que el viento no esté establecido del este. La ruta hasta Morro Jable, en el sur de la isla, se realiza en una jornada de navegación. Si el viento sopla del norte o nordeste, navegaremos en un rumbo abierto. Así que en unas 8 horas se podrán recorrer las 57 millas náuticas (105 kilómetros) que separan ambos puertos. 

Desde Morro Jable, lo ideal es recorrer la isla de Fuerteventura por la costa de sotavento (este), teniendo la posibilidad de atracar en Gran Tarajal, Caleta de Fuste o Puerto del Rosario, antes de llegar a Corralejo (en el norte). Estos puertos están relativamente cerca, así que la parada dependerá de lo que se quiera remontar la isla, para acercarse lo máximo a Lanzarote. Otra opción, para los amantes de las travesías, sería ir directo desde Morro Jable a Corralejo, una ruta de unas 60 millas náuticas que perfectamente se puede hacer en una jornada.

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Saliendo de Corralejo, lo aconsejable es bordear la isla de Lanzarote por la costa de sotavento. Aquí tenemos nuevamente dos opciones. Ir directos a la isla de La Graciosa, recorriendo las 50 millas (92 kilómetros) que separan ambos puntos, o parar en alguno de los numerosos puertos deportivos que salpican esta costa: Puerto Calero, Puerto del Carmen o Marina de Arrecife. Marina Rubicón, en el sur de la isla, la dejaremos pendiente para recalar en ella a la vuelta hacia Gran Canaria.

La Graciosa, la más pequeña de las Islas Canarias, está situada al norte de Lanzarote y se caracteriza por ser la mayor reserva marina de Europa. Es aconsejable tomarse su tiempo para visitarla y relajarse en sus playas de aguas cristalinas. 

Playa Francesa ofrece buena protección y es el sitio más indicado para fondear. El fondo del mar está compuesto por arena, sin la presencia de rocas, teniendo una profundidad de 8 metros en pleamar y a 4 metros en bajamar. Para fondear hace falta una autorización que se solicita en el servicio de medioambiente del Cabildo de Lanzarote.

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Partiendo de La Graciosa, y tras descansar y disfrutar de su tranquilidad, la navegación de vuelta a Gran Canaria se realizará por la costa oeste o de barlovento de las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Una primera ruta sería hasta Marina Rubicón en el sur de Lanzarote. Una jornada sencilla, de 36 millas de recorrido (67 kilómetros) y con los vientos a favor, que se puede realizar en unas 5 horas de navegación.

Para finalizar este recorrido a vela por las islas orientales y recalar nuevamente en Gran Canaria, se puede dar el salto directo desde Marina Rubicón a Marina Las Palmas. Aunque es la travesía más larga de todas las planteadas, 95 millas (175 kilómetros), es factible realizarla en una jornada, siempre que se suelte amarras muy temprano, ya que se necesitarán como mínimo unas 12 horas de navegación. 

Otra opción es parar nuevamente en Morro Jable, en el sur de Fuerteventura, pasar la noche y dar el salto definitivo a Gran Canaria desde este puerto tras unas 8 horas de navegación a vela. Hay que tener en cuenta, que la vuelta a Gran Canaria desde Lanzarote y Fuerteventura se realiza normalmente con vientos a favor del través o de empopada.

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Otra ruta increíble para realizar en velero en las Islas Canarias sería recorrer las islas occidentales. Esta aventura empezaría por cualquier marina de Tenerife, para después recalar en La Palma, La Gomera y El Hierro. Recorrer estas islas del archipiélago combina descubrir la inmensidad y belleza de sus acantilados con la adrenalina que supone enfrentarse a una navegación exigente. Elegir bien la época del año y consultar los partes meteorológicos de predicción de vientos y olas es vital para que sea una experiencia inolvidable. 

Partiendo, por ejemplo, de Santa Cruz de Tenerife, existen dos opciones para plantear esta ruta por las islas occidentales. La primera sería realizar una travesía larga de inicio hasta La Palma, para luego bajar a La Gomera y El Hierro. Regresando a Tenerife por el sur de la isla. La otra alternativa sería bajar primero hasta el sur de Tenerife, visitar El Hierro, luego La Gomera y finalizar en La Palma. Volviendo a Tenerife por el norte de esta isla. La elección del plan dependerá mucho de la dirección del viento y de las condiciones de ola.

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Si la elección es visitar primero La Palma, hay que preparar el barco y la tripulación para una ruta larga. Santa Cruz de Tenerife y Santa Cruz de La Palma están separadas por unas 110 millas (203 kilómetros) y 14 horas de navegación ininterrumpida. 

Lo primero que hay que superar es el extremo nordeste de la isla de Tenerife hasta llegar a los Roques de Anaga. Lo más probable es que este tramo deba realizarse con un viento de proa. Será la parte más complicada, pero después la travesía se convertirá en un larga y cómoda bordada en un rumbo más abierto y con un viento de través.

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Una vez en Santa Cruz de La Palma, la siguiente parada será La Gomera. Esta ruta es relativamente corta, pudiendo realizarse tras medio día de navegación. En esta isla se puede elegir entre Marina La Gomera, situada en el este, Playa Santiago, en el sur, o Valle Gran Rey, en el oeste. Cualquier opción es buena antes de tomar rumbo a la isla de El Hierro.

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Saliendo de La Gomera, y dependiendo de la marina elegida para descansar, lo más razonable sería dirigirse al puerto La Estaca, situado al este de la isla de El Hierro. Otra opción es desplazarse hasta el sur de la isla y recalar en el puerto de La Restinga, junto a una de las reservas marinas más impresionantes de las Islas Canarias.

Aunque es un puerto pequeño, y de tradición pesquera, en la actualidad La Restinga ofrece servicios a las embarcaciones de recreo que recalan por El Hierro. Cuenta con pocos atraques, pero una amplia zona para fondear. Nuevamente, esta travesía se podrá realizar en medio día de navegación.

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Tras visitar La Palma, La Gomera y El Hierro, toca regresar a Tenerife para completar la visita a las islas occidentales del archipiélago. Una parada en Marina San Miguel, en el sur de Tenerife, tras unas 70 millas de recorrido, será la mejor alternativa para reponer fuerzas antes de afrontar la última jornada a vela.

Para cerrar el círculo, y de regreso a Santa Cruz de Tenerife, hay que remontar la isla por la costa este. Esta travesía será costera y es importante estar atentos porque tiene momentos de aceleración de vientos en algunas zonas de la isla.

En definitiva, para completar la visita a las islas occidentales es necesario disponer de un mínimo de 10 días, para realizar las 5 jornadas de navegación y también descansar y disfrutar de las islas no solo desde el mar, sino descubriendo en tierra las maravillas de cada isla visitada.

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Existe otra alternativa a las travesías planteadas. Las Islas Canarias ofrecen a los navegantes ocho rutas, una por isla, más cortas y que se realizan cerca de la costa. Y que son posibles gracias a la existencia de numerosos puertos deportivos repartidos por todo el archipiélago.

Dar la vuelta a una de las ocho islas a bordo de un barco permite descubrir paisajes que no se aprecian desde tierra. Además de adentrarse en los fondos marinos y su diversidad. Esta opción evita, además, tener que hacer largas jornadas de navegación o travesías en alta mar cuando las condiciones no son las más adecuadas. 

Dependiendo de la isla, la vuelta se podrá completar con 3 o 5 días de navegación. Una alternativa altamente recomendable y que combina la magia de vivir una experiencia a bordo de un barco, sin olvidar el relax, la diversión y aventura que se puede sentir en cada puerto que sea visitado.