Hoteles ecológicos: una moda urgente y necesaria

La creciente preocupación global por el cambio climático y el cuidado del medioambiente está repercutiendo en el mundo del turismo. Las Islas Canarias son pioneras en este campo: su oferta en hoteles ecológicos es cada vez mayor

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El medioambiente preocupa cada vez más a la sociedad. De ahí que sean muchas las iniciativas que contribuyen a conservarlo. En el sector del turismo, por el ejemplo, la cantidad de hoteles que apuestan por la sostenibilidad no para de crecer. Y las Islas Canarias no son una excepción en este sentido: oferta y demanda se alinean en una filosofía respetuosa con el entorno natural. De la misma manera que todo el mundo tiene interiorizado y asumido que debe reciclar plásticos y cartones, y que debe tirar las pilas en lugares habilitados para ello y no en cualquier papelera, cada vez son más los turistas que buscan establecimientos ecológicos. De ahí que algunos buscadores de internet hayan incorporado esta categoría a los filtros para encontrar establecimientos. Al fin y al cabo, el cuidado del planeta pasa por gestos tan sencillos como reservar una habitación.

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Pero, ¿cómo identificar un hotel ecológico? Son varias las condiciones que deben cumplir. Por ejemplo, no usan energías conectadas a la red, sino que se valen de paneles solares, turbinas eólicas, calderas de biomasa… También utilizan luminarias y electrodomésticos de bajo consumo, así como sensores de apagado y encendido automático o temporizadores. Para optimizar la calefacción cuentan con buenos aislamientos como el cristal doble. Además, están bien orientados respecto al sol, lo que ayuda a ahorrar energía.
 

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El apartado del agua es otro de los puntos clave en un hotel ecológico. El caudal que sale de los grifos y duchas es menor porque llevan reductores de flujo de agua, y no hay bañeras, que invitan a gastar mucha agua, sino duchas.
 

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La construcción de un establecimiento sostenible es importante. Suele estar integrado en su entorno, sin desentonar en el paisaje, formando parte de él, a veces semienterrado… En las estancias, prima la decoración y el mobiliario con materiales reciclados, reciclables y de origen local, y los productos de limpieza y los materiales impresos están hechos con materiales ecológicos, reciclados o biodegradables.
 

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Y en los jardines, si los hubiera, instalan todo tipo de sistemas que ayudan a economizar un recurso tan preciado como el agua: los que recogen y almacenan el agua de la lluvia, los que reciclan aguas residuales, los que optimizan el riego de la manera más eficiente… Y siempre para cuidar especies autóctonas, que están más adaptadas al clima de la zona donde está ubicado el hotel.
 

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La gastronomía de un hotel ecofriendly también es sinónimo de ecología. Porque no es lo mismo comer un plato elaborado con ingredientes cercanos al hotel (aún mejor si tiene huerto propio) que traídos de algún lugar situado a miles de kilómetros, con la contaminación que conlleva transportarlos desde el otro lado del planeta. Lo ideal es que el producto de kilómetro 0 y, por tanto, de temporada sea ecológico.
 

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¿Y el transporte? Pues debe ser de bajas emisiones: las flotas de bicicletas para los clientes que quieren conocer los alrededores del hotel puntúan alto. Igual que los puntos de recarga para coches eléctricos y los descuentos a los clientes que llegan en ese tipo de vehículo o en transporte público.
 

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También es importante que lleven a cabo una labor de concienciación sobre el respeto al medioambiente, ofreciendo a trabajadores del hotel y huéspedes todo tipo de consejos que contribuyen a reducir el consumo energético y a mejorar el reciclaje los residuos, por ejemplo.
 

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Condiciones que, al fin y al cabo, convierten este tipo de turismo ecológico en el más responsable de todos, ya que contribuye a preservar la zona que se visita, y que cuenta con una gran oferta en las Islas Canarias, ya que sus establecimientos ecofriendly se adaptan a todo tipo de visitantes.