365 días de cultura en Canarias: lo que no debes perderte

¡Cultura todo el año! Aquí te dejamos algunas de las mejores ofertas que encontrarás en las Islas Canarias para visitar museos, acceder a fiestas típicas o conocer nuevas maneras de entender la cultura.

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Las Islas Canarias son un destino ideal para explorar durante todo el año y no solo por su privilegiado clima -que permite disfrutar de una eterna primavera-, sino porque su oferta de actividades es tan amplia y variada que resulta imposible aburrirse. Descubrir la historia, la cultura y el arte de cada una de las islas del archipiélago paseando por sus ciudades y pueblos, visitando sus edificios más emblemáticos y sus museos, es siempre un buen plan. Además, a través de sus fiestas tradicionales podremos comprender mejor cómo son sus habitantes. Estos son algunos de los museos y fiestas más icónicas para disfrutar en Canarias los 365 días del año.

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En el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de Las Palmas de Gran Canaria podremos realizar un viaje por el arte de África, América y Europa. Precisamente, la vocación por abarcar la cultura artística de estos tres continentes ha convertido al CAAM en el museo de arte contemporáneo de referencia de las Islas Canarias. Otro de los museos destacados de Gran Canaria es el Museo Néstor, el centro que reúne la obra de Néstor Martín-Fernández de la Torre, uno de los pintores canarios más reconocidos y el principal representante del modernismo en Canarias. Febrero o marzo son meses perfectos para visitar Gran Canaria y disfrutar de su afamado carnaval. El Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria es una de las fiestas más antiguas y con más historia de la capital, además de una de las más divertidas y coloridas de España. Por ello, son muchos los ‘carnavaleros’ que acuden a la isla procedentes de distintos lugares para disfrutar de esta espectacular celebración. Otra de las más populares de Gran Canaria es la Fiesta de la Rama en Agaete. En honor de la Virgen de las Nieves, cada 4 de agosto miles de danzantes recorren la villa agitando ramas en el aire, hasta llegar al santuario de la Virgen. Según algunos estudiosos en la materia, esta fiesta podría tener connotaciones similares al rito aborigen para la petición de la lluvia que hacían los antiguos canarios trayendo ramas de la montaña para golpear el mar mientras pronunciaban cantos rogativos.

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Los amantes de la gastronomía tienen una parada obligada en la Casa del Vino y de la Miel de El Sauzal, en Tenerife. Se trata de una hacienda rural típica canaria con más de tres siglos de antigüedad en la que, además de conocer el proceso de elaboración de estos productos, podremos degustar diferentes platos típicos en su restaurante o en la tasca. Si viajas con niños, una opción para disfruten de lo lindo es el Museo de la Ciencia y el Cosmos, en San Cristóbal de La Laguna. En sus instalaciones hay un planetario y ofrecen numerosas actividades interactivas para pasar una jornada de lo más divertida. El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional, es el más veterano del territorio nacional. La gente toma literalmente las calles durante esta celebración, en la que las actuaciones de las comparsas, los conciertos y los bailes no dan tregua a los más marchosos. Entre las fiestas típicas no podemos olvidarnos del Corpus Christi de La Orotava, un gran espectáculo floral. Durante el conocido como jueves de las alfombras se pueden contemplar por las calles del municipio las más de 30 alfombras elaboradas con elementos naturales que conforman unos tapices cargados de colores y olores.

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En el sur de Lanzarote -en Playa Blanca, frente a la bahía de Las Coloradas- se encuentra el Museo Atlántico, uno de los pocos museos submarinos del mundo. Sus más de trescientas esculturas, del artista británico Jason deCaires, crean un ambiente de ensueño que sólo se puede descubrir sumergiéndose en el mar. Otro de los principales atractivos culturales de Lanzarote es la Fundación César Manrique. El edificio, construido sobre cinco burbujas volcánicas reconvertidas en habitaciones, es un buen ejemplo de la forma en la que el genial artista transformó Lanzarote, mezclando el arte con la naturaleza y respetando el paisaje y las tradiciones de la isla.

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El Museo Naval de Santa Cruz de La Palma ofrece un intenso y apasionante recorrido por la historia marinera. El museo está situado en el interior del Barco de la Virgen, una reproducción exacta de una carabela realizada en 1940 para la Bajada de la Virgen durante las Fiestas Lustrales. La singularidad del espacio y el gran valor histórico de su contenido consolidan al Museo Naval como el más visitado de la isla. La Palma celebra una de las fiestas más aclamadas del archipiélago, Los Indianos. Cada primer lunes del Carnaval, las calles de la capital se cubren de blanco para recibir a los “indianos”, nombre con el que se conocían a aquellos que emigraron a las erróneamente denominadas Indias, es decir, América. Desde mediados del siglo XIX, cada año se recibía a los indianos con una gran alegría y curiosidad por los nuevos productos que traían como el ron o los puros. En esta fiesta, los palmeros visten sus mejores galas criollas para la ocasión y el blanco inunda la ciudad con la batalla de los polvos de talco.

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Pasear por un pueblo de antiguos pobladores es posible en El Hierro. Se trata del Ecomuseo de Guinea, construido sobre un asentamiento aborigen y que aún conserva las viviendas de los primeros habitantes de las Islas y las que construyeron los colonizadores. Los restos arqueológicos encontrados en la zona están expuestos para que los visitantes puedan conocer cómo era la vida cotidiana en épocas pasadas. Junto al ecomuseo se encuentra el Centro de Recuperación del Lagarto Gigante de El Hierro, el mejor lugar para descubrir esta especie endémica.

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Otra de las opciones para conocer los secretos de los aborígenes y el misticismo de los grabados rupestres es el Museo Arqueológico de La Gomera. La recreación a escala real de un altar de sacrificios guanche es una de sus principales atracciones, además de las piezas arqueológicas que muestran el modo de vida de los primeros habitantes de las Islas Canarias.

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El Museo de Las Salinas del Carmen, en Fuerteventura, permite conocer cómo se extrae tradicionalmente la sal del mar antes de convertirse en un ingrediente básico en cualquier cocina. El impresionante esqueleto de ballena colocado junto a las salinas identifica al museo. Fuerteventura cuenta, además, con un peculiar ecomuseo, el de La Alcogida. Se trata de un espacio vivo en el que los visitantes pueden ver cómo trabajan los artesanos de la isla e interactuar con ellos.