Bienvenido a las Islas Canarias. Si has llegado hasta aquí es porque estás planteándote qué conocer del archipiélago y cómo hacerlo. ¿Te damos unas claves? Toma nota.
Ver la impresionante sombra del Teide
La montaña más alta de España refleja su imponente sombra, la mayor del mundo proyectada sobre el mar. Una silueta que va creciendo progresivamente a medida que cambia la altura del sol, ya sea al amanecer o al atardecer. Por la mañana, podemos disfrutar de la sombra proyectada hacia la isla de La Gomera, mientras que por la tarde se extiende hacia Gran Canaria. Una sombra inquietante, limpia, bien dibujada, con forma de triángulo perfecto que incluso ha llamado la atención de la NASA. Y es que, si bien el Teide no tiene esta forma de triángulo perfecto, pues su cráter es irregular, su sombra sí, una estampa inquietante que desafía a la razón. Hay pues pocas experiencias comparables a sentirse en la cima del Teide, tan cerca del cielo.
Complacer al paladar en las “islas Michelin”
“La felicidad se puede alcanzar a través de la comida, así que nosotros somos transportistas de felicidad”, afirma el chef Erlantz Gorostiza. Esta máxima convierte a Tenerife, con seis estrellas Michelin, en una constelación con denominación canaria que da la felicidad. La prestigiosa guía gastronómica ha puesto sus miras en esta isla con el reconocimiento de la calidad y excelencia de cinco restaurantes y seis estrellas que, además, se han mantenido en las revisiones anuales de la organización. A ellas se han sumado en la última edición, por primera vez, dos nuevos brillos para la vecina isla de Gran Canaria. Dos estrellas que además han recaído en el mismo municipio: Mogán. Las Islas Canarias se convierten así en una constelación con nombre e identidad propia en el firmamento de la alta cocina española.
Asistir al Carnaval, al menos una vez en la vida
Cientos de miles de personas se dan cita cada año en las Islas Canarias para disfrutar de esta fiesta que se celebra de manera multitudinaria en las dos capitales canarias: Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. El carnaval de la ciudad tinerfeña está considerado uno de los más importantes del mundo, declarado además Fiesta de Interés Turístico Internacional. En 1987, unas 250.000 personas visitaron sus calles batiendo el récord Guinness bailando al son de Celia Cruz. Desde entonces las cifras de asistentes no han cesado de aumentar: 400.000 personas se congregaron el Sábado de Piñata, el día más importante del carnaval, en 2019. En la fiesta más importante y popular de Tenerife participan un centenar de grupos carnavaleros -comparsas, murgas y otras agrupaciones musicales- que inundan las calles en un espectáculo de luz, sonido y color, siendo uno de los espectáculos más esperados la gala de la elección de la Reina. También los residentes en la isla, junto a los turistas que la visitan, participan masivamente con variopintos y originales disfraces, haciendo del carnaval de Santa Cruz de Tenerife una fiesta única en la que la diversión está garantizada durante varias semanas.
Por su parte, la capital grancanaria también vive intensamente su carnaval, hasta tal punto que las calles de la ciudad se llenan de “mascaritas” que bailan al son de la animada música carnavalera. Desfiles, concursos, conciertos, fiestas populares… y, por supuesto, su propia gala de elección de la Reina además del evento más esperado que ha adquirido una enorme proyección internacional: la Gala Drag Queen de Las Palmas de Gran Canaria.
Un verdadero espectáculo que merece la pena experimentar al menos una vez en la vida. ¿Serás de los afortunados?
Visitar las creaciones de César Manrique
La figura del genial artista César Manrique planea por todos los rincones de Lanzarote. Suyas son numerosas obras que, como siempre en el caso del creador, ponen de relieve su carácter orgánico integrándose a la perfección en la naturaleza, y suya es también la casa en la que residió desde mediados de los años 80 hasta su muerte en 1992. Situada en el norte de la isla, en medio del palmeral de Haría, visitar la casa de Manrique supone descubrir la faceta más personal de este artista polifacético que trabajó en ella prácticamente hasta el fin de sus días. Allí, Manrique encontró la placidez que buscaba en sus últimos años, y demostró una vez más su enorme sensibilidad y su buen gusto. Merece la pena visitarla.
Admirar el mejor de los cielos
La calidad del cielo de La Palma es uno de los grandes atractivos de la isla, convirtiéndola en un destino perfecto para el llamado “turismo de estrellas” o “astroturismo”. Precisamente, para promover el interés por su cielo y sus estrellas se ha desarrollado una red de miradores astronómicos en distintos puntos estratégicos de la geografía insular que permiten contemplar el paisaje estelar. Cada mirador está equipado con paneles interpretativos sobre diferentes temas referentes a la astronomía, como las constelaciones, los planetas y la Luna, además de la simulación de los equinoccios y solsticios. Así se invita al visitante a recorrer la isla para descubrirlos.
El interés astronómico de La Palma es tal que, desde 1985, cuenta con el Observatorio del Roque de los Muchachos. Situado a 2.400 metros sobre el nivel del mar, su privilegiada ubicación -con una atmósfera limpia, estable y sin turbulencias- lo ha convertido en uno de los observatorios astrofísicos más importantes del mundo.
Respirar (y soñar) en el Parque de Garajonay
Las historias en La Gomera se cuentan bajo la bruma que avanza en el frondoso bosque del Parque Nacional de Garajonay. Allí, las distintas especies de laurisilva observan desde la era terciaria cómo la vida evoluciona, alimentadas por el frescor de los vientos alisios y la denominada “lluvia horizontal” que humedece una cordillera montañosa en cuyo interior se forjan mil leyendas. En él pueden percibirse todas las tonalidades de verde y, sobre todo, el verde esperanza, ya que este templo de la naturaleza fue durante siglos fuente de alimento para los habitantes de la también conocida como “isla colombina” por el paso de Cristóbal Colón en su camino hacia América. Sus peculiaridades lo han convertido en un lugar único en el mundo que, además de ser Parque Nacional, ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad y, con el resto de la isla, Reserva de la Biosfera. Imprescindible no perderse un paseo por este húmedo bosque prehistórico.
Darte un chapuzón en una piscina natural
El Hierro es la más occidental de las ocho islas que componen el archipiélago canario. Un pequeño paraíso natural declarado Reserva de la Biosfera con infinidad de atractivos que pueden disfrutarse durante todo el año gracias al excepcional clima de las Islas Canarias, caracterizado por escasas lluvias y una temperatura media anual sin apenas variaciones. Hay tantas cosas que ver en El Hierro… Y las piscinas naturales están entre ellas. En cualquier lista sobre los mejores lugares de la isla siempre aparecen: el Charco Azul, Los Sargos, Charco Manso, Tamaduste… Remansos de paz donde disfrutar de un relajado baño en las tranquilas y transparentes aguas del océano Atlántico.
Un día en La Graciosa
Esta pequeña isla atlántica, de apenas 700 habitantes y 29 kilómetros cuadrados que forma parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, es un auténtico paraíso. La octava isla de Canarias desde 2018, es además la última en adherirse al continente europeo. Pero La Graciosa no es ni debe ser sólo conocida por eso, sino sobre todo por ser un lugar idílico donde desconectar, alejados de las prisas y del ruido de las ciudades, gracias a sus maravillosas playas solitarias de fina arena blanca y aguas turquesas como la de La Francesa, y a sus enigmáticos paisajes como el volcán de Montaña Amarilla. Espacios de tranquilidad para sentir intensamente eso que llaman “el espíritu graciosero”.
Observar cetáceos (de la manera más respetuosa)
Las Islas Canarias cuentan con una riqueza natural única y sorprendente. Y las aguas que las bañan son el mejor ejemplo: en ellas se pueden encontrar al menos 30 especies distintas de cetáceos, algunas residentes y otras están de paso. Concentrar tantas ballenas, delfines, orcas, cachalotes, rorcuales y demás especies supone un atractivo turístico de primer orden. Pocos lugares en el mundo pueden presumir de este regalo de la naturaleza. En Europa, desde luego, no hay otro con tanta diversidad. Las características oceanográficas de estas islas atlánticas, con profundidades de hasta 3000 metros, son clave: el hecho de estar situadas en la frontera entre las aguas frías del norte y las tropicales del sur atrae a animales que se sienten cómodos en ambos hábitats. ¿Y a quién no le gustaría verlos de cerca? Porque, definitivamente, la magia que se produce cuando la aleta de cualquiera de estos animales asoma sobre la superficie del agua es insuperable.
O simplemente presumir de las playas con los tuyos
Sí, sabemos que Instagram se ha convertido en un lienzo abierto donde gente de todo el mundo comparte los escenarios con más encanto del planeta. Una oportunidad única que nos brinda esta red social para descubrir bellos lugares más allá de los itinerarios más turísticos y concurridos. Las Islas Canarias son, sin duda, uno de los lugares más fotogénicos, dada su diversidad y la espectacularidad de sus paisajes, muchos de ellos intactos y preservados de la huella humana. El archipiélago también cuenta con multitud de playas donde dejarse llevar por el dolce far niente, disfrutar de un chapuzón, practicar deportes acuáticos, pasear por la orilla del mar… o retratarse en parajes idílicos que causarán admiración en las redes sociales. Ya sean campos de dunas, playas de arena fina y dorada, o escenarios volcánicos de roca y arena negra, no hay duda de que hay que poner rumbo a las Islas Canarias. Lugares como Playa del Inglés, Maspalomas, Las Canteras, Corralejo, El Cotillo, Jandía, Papagayo, Famara, Cofete, La Francesa… son de sobra conocidos y acaparan siempre los rankings de las mejores playas de Europa. Aunque más allá de estos parajes excepcionales, en Canarias existen decenas de lugares fotogénicos que retratar y donde posar, pero también donde reposar y disfrutar… que al final es de lo que se trata, ¿no?
