10 cosas que hacer en Lanzarote

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 Dicen que es la más enigmática de todas las Islas Canarias porque algunos de sus paisajes recuerdan a la Luna. Así la hicieron las fuerzas volcánicas: con playas de arena negra o dorada, con aguas turquesas y esmeraldas, con montañas rojizas y ocres. Se llama Lanzarote, pero bien podría llamarse la “Isla del Ohhhhh”, porque quien está allí puede oír cómo los turistas admiran continuamente su belleza. A continuación una lista de cosas geniales para hacer en sus sorprendentes paisajes: 

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Entre 1730 y 1736 nació de un volcán este prodigio de la naturaleza que hoy conforma el Parque Nacional de Timanfaya. Tras las distintas erupciones muchos pueblos fueron barridos por la lava y el fuego, y un nuevo paisaje surgió. ¡Hoy puedes recorrerlo! Empieza en Mancha Blanca, donde podrás organizar tu ruta en el Centro de Visitantes. 

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Nunca antes habrás visto unos viñedos como estos, porque no existen en ningún otro lugar del planeta. A simple vista, parece difícil que algo crezca en esta tierra negra y seca pero, acércate, y verás la dorada uva malvasía tintineando en la vid. Aunque existen distintas zonas vinícolas en Lanzarote, La Geria es la postal más impactante: los agricultores excavan pequeños hoyos en los que plantan las raíces de la vid en tierra fértil y luego cubren el suelo con un manto de pequeños fragmentos de piedra volcánica que retienen la humedad aportada por los vientos alisios; todo ello rodeado de muros bajos para proteger a la planta del viento. De estos campos de lava nacen exquisitos vinos, con Denominación de Origen, que podrás degustar mientras te deleitas con este extraordinario paisaje. 

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Y cuando decimos la más tranquila es porque hasta las aguas están tan calmas como una balsa de aceite. Los niños se lo pasarán genial chapoteando en la orilla y los mayores pueden iniciarse en el snorkel. ¿Cómo no aprovechar para ver la vida bajo estas aguas cristalinas de color esmeralda? Tras el chapuzón, nada mejor que tumbarse al sol en esta playa paradisiaca de la costa sur de Lanzarote. Incluso puedes beber o comer algo, ya que hay algún pequeño chiringuito cerca. Eso sí, deberás dejar tu coche en la zona del parking.  

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Después de un día en estas magníficas playas de Papagayo, podemos reservar las últimas horas para decirle adiós al sol, que vemos cómo se esconde en el inmenso océano mientras el espectacular paisaje del Monumento Natural de Los Ajaches se alza a nuestra espalda. Se trata de un antiguo macizo volcánico de gran belleza que combina picos relativamente elevados con barrancos que desembocan en las playas y acantilados. 

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Lanzarote tiene secretos maravillosos también bajo tierra. La Cueva de los Verdes es parte del túnel de lava más grande del mundo, nacido a partir de las erupciones del Volcán de la Corona. Las formas que moldeó la energía del volcán son sorprendentes. Seguro que niños y mayores dejaréis correr la imaginación contemplándolas. Y más sorpresas: la cueva, que antaño había servido de refugio a los isleños cuando los piratas norteafricanos los acechaban, hoy dispone de un auditorio que se acondicionó para conciertos. 

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El Charco de los Clicos es uno de los mayores tesoros de la isla. Tú mismo lo comprobarás cuando veas la cantidad de colores que se funden en tu retina al admirarlo: aguas verdosas por la concentración de algas que viven en el fondo, el negro de la arena volcánica, rojos y ocres de las paredes del antiguo cráter y los azules del cielo y el mar. De hecho, en estas formaciones rocosas puede apreciarse muy bien cómo la lava se solidificó y hasta parece que se esté fundiendo. Prepara la cámara. 

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Estarás en Timanfaya y verás un diablo. Es obra de César Manrique, el artista lanzaroteño más internacional. Comprometido con las Islas Canarias, Manrique transformó distintos espacios para que el arte se integrara en la naturaleza. Varias esculturas del artista se pueden encontrar en el territorio insular, pero también realizó intervenciones como los Jameos del Agua, el Mirador del Río o el Jardín de Cactus. En la Fundación César Manrique que ocupa su casa de Tahíche podrás aprender mucho más de sus ideas estéticas. 

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Las aguas de Lanzarote son ideales para el buceo por su temperatura y transparencia. ¡Y hay más de 100 puntos de inmersión! Te llevarás un bonito recuerdo en tu memoria cuando descubras estos paisajes submarinos.  

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¿Dónde conocer mejor la gastronomía de un sitio que visitando su mercado? En el Mercado Agrícola y Tradicional de Tinajo podrás apreciar la frescura de la cosecha local, de las carnes y pescados. Y más: la repostería ocupa un espacio destacado en el mercado y los domingos de final de mes hay actuaciones folclóricas para mostrar al visitante actividades como el pisado de la uva, el tostado de millo (tafeña) o la elaboración del gofio e incluso los burros criados en el municipio.  

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¡Cómo gusta Lanzarote a los surfistas! Las cortas distancias les permiten desplazarse fácilmente de un lado a otro en busca de las mejores olas. Además, en la isla sopla el viento que da gusto: del norte y el noroeste y del oeste y el nordeste, con unas temperaturas suaves durante todo el año. No es de extrañar por tanto que se celebren competiciones, como la Quemao Class, precisamente en El Quemao, frente al pueblo de pescadores de La Santa. Dicen los expertos que allí se dan algunas de las mejores olas del mundo, así que, si eres un experto surfero, ¡coge tu tabla y ven a comprobarlo!, pero si no lo eres, en otras zonas de la isla podrás iniciarte en este apasionante deporte.