Menhires de roca y laurisilva de La Gomera
La isla de Gomera cuenta con multitud de afloramientos de origen volcánico esculpidos naturalmente por la erosión. Pero pocos son tan emblemáticos como el masivo roque de Agando y sus cuatro peculiares acompañantes: Las Lajas, aplanado e inclinado; La Zarcita, pequeño y discreto; Carmona, desafiante y afilado; y Ojila, abultado e imponente. Este conjunto de ‘menhires’ rodeados por la laurisilva de las cumbres centrales de La Gomera merece ser incluido en cualquier ruta en coche por esta isla declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Vistas del roque de Agando y el Teide
Los roques están junto a la carretera TF-713, que sube a las montañas desde la capital, San Sebastián, y sigue la línea divisoria entre las laderas norte y sur, donde a menudo se ven cascadas de nubes. Desde el grupo de dos oteaderos conocido como miradores de Los Roques se pueden ver ambas vertientes, fotografiar los roques desde distintos ángulos y descubrir el pico Teide ‘flotando’ sobre el mar. Desde la base del roque de Agando sale un delicioso sendero de 2,5 kilómetros que atraviesa un bosque de laurisilva y lleva a la degollada de Peraza.




1075 m

Monumento Natural
