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Mil veces podrás viajar a Tenerife y mil veces su grandeza te seguirá sorprendiendo. El Teide, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es uno de los volcanes más grandes del planeta y no deja indiferente a ninguno de sus invitados.
Los guanches, primeros habitantes de la isla, lo consideraban una montaña sagrada. Para los navegantes que cruzaban el Atlántico rumbo a América era el faro más grande que avistaban y sus 3.718 metros sedujeron a grandes científicos como Alexander von Humboldt. En este artículo te propongo mi lista personal de los mejores miradores que te harán disfrutar y descubrir la cima de Canarias, desde todos sus ángulos.
Mirador de Chipeque (o Cumbres del Norte)
Al Parque Nacional del Teide, situado en el centro de la isla, se puede llegar por cuatro carreteras, ¿cuál es la mejor? Por lo que se respecta a miradores, la TF-24, conocida como la carretera de La Esperanza. Por este camino, tras pasar primero por el mirador de Montaña Grande, con buenas vistas al puerto y a la ciudad de Santa Cruz, y el de Ortuño, ideal para contemplar la puesta del sol, se llega a uno de mis preferidos: el de Chipeque.
Aquí se respira la fresca fragancia de los pinos canarios que lo rodean y puedes sacar una de las mejores fotos del Teide. Si el Valle de La Orotava está nublado, tendrás una bella estampa con el mar de nubes y la silueta del pico al fondo.
Mirador del Valle
Desde los miradores de Ayosa y de la Crucita, ambos en la TF-24, se ven en días claros las islas de La Palma y Gran Canaria respectivamente. Más adelante, el paisaje cambia por completo. Atrás queda el pinar y el nuevo ecosistema que se nos presenta es más árido: el de alta montaña.
El mirador del Valle es el primero donde se aprecia esa diferencia. Desde este punto verás el Observatorio Astronómico del Teide, uno de los mejores lugares del mundo para contemplar las estrellas y, en días despejados, los pueblos y barrios del Valle de La Orotava que yacen bajo el volcán. Con algo de suerte también puedes observar cómo los más aventureros se lanzan en parapente para disfrutar de la isla a vista de pájaro.
Miradores de la Tarta
La curva cerrada más dulce y placentera de la carretera de La Esperanza es, sin duda, la de la Tarta, una formación volcánica muy singular cuyos colores recuerdan a las distintas capas de un pastel, razón por la que se llama así. Cada capa corresponde a una erupción diferente y para apreciarla bien hay dos miradores adaptados: uno antes y otro después de la curva.
Mirador de Minas de San José
La de Minas de San José es una de las paradas imprescindibles que siempre hago cuando enseño la isla a los amigos que no la conocen. Llanuras de gravilla dorada que parecen de otro planeta. De hecho, en este lugar, científicos de distintas partes del mundo han probado instrumentos y vehículos que han sido enviados a Marte y se han rodado películas de género fantástico como Furia de Titanes o Hace un millón de años.
Mirador El Tabonal Negro
Otra de las características que tienen los miradores son sus paneles informativos, de los que siempre se aprende algo nuevo. El de Taboral Negro explica que el tajinaste rojo, una de las especies más emblemáticas del Teide, tras alcanzar la madurez y dar flores de un maravilloso color rojo intenso, muere y deja durante años su "esqueleto". Mayo es el mes en el que florecen y en las proximidades de este mirador puedes encontrarlos. El resto del año puedes disfrutar de las vistas a un mar de lava y a la gran cadena montañosa que forma la Caldera de las Cañadas.
Miradores Roques de García
La zona más famosa y concurrida de miradores es la de los Roques de García, muy cerca del Parador. De entre todos los roques, destacan el de la Catedral, con más de 100 metros de altura, y el excepcional Chinchado que parece que en cualquier momento se va a desestabilizar. Los más nostálgicos siempre recuerdan que aparecía en los billetes de 1.000 pesetas.
Mirador Llano de Ucanca
El Parque Nacional está repleto de lugares mágicos, uno de ellos es el del Llano Ucanca. Después de las lluvias se forma en la llanura un fantástico y efímero lago en el que se ve reflejado el Teide.
Algo que muchos desconocen es que junto a él habita otro volcán. Se trata de Pico Viejo, también llamado Montaña de Chahorra y mide 3.135 metros. Este mirador es uno de los mejores para tener una perspectiva de las dos cimas más altas de Canarias.
Zapatilla de la Reina
La naturaleza es caprichosa y a través de la erosión "esculpe" rocas que se han hecho célebres en el parque como la de la Zapatilla de la Reina.
Mirador de las Narices del Teide
Un buen truco para diferenciar la antigüedad de los volcanes es el color. Al principio, las lavas son negras o muy oscuras y con el tiempo se van enrojeciendo. Este es el punto perfecto para observar las de la última erupción en el Parque Nacional del Teide, en 1798.
Mirador Piedra de la Rosa
Por último, tanto si subes como si bajas del Teide por la carretera de La Orotava, que no se te pase de largo este mirador. Al igual que el de la Zapatilla de la Reina, la erosión y la imaginación han creado un monumento natural. Aunque en este no hay del todo consenso: algunos ven una rosa y otros una margarita.
En la isla de Tenerife, de camino al Parque Nacional del Teide, te recomiendo tener los ojos bien abiertos, detenerte en los miradores y disfrutar de las vistas que han conquistado a millones de personas. Y soñar.