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La isla majorera esconde muchos secretos. Pequeños rincones que guardan grandes historias. ¿Te gustaría saber dónde encontrarlas? En este caso no haré ningún sendero con vistas increíbles, ni visitaré playas con aguas cristalinas, en este ocasión conoceré tres casas antiguas de la isla que tienen muchas anécdotas que contar. Descubriré quiénes vivieron entre sus paredes y por qué son lugares que los majoreros guardan y cuidan con tanto respeto. ¿Me quieres acompañar? Si has leído hasta aquí, no te detengas y descubramos juntos que esconden tras sus puertas.
Casa de los Coroneles
La primera casa que visitaré se encuentra en el municipio de La Oliva, ubicada exactamente en el interior de la isla. Justo en la entrada nos encontramos con un cartel que nos introduce y nos explica qué es ‘La Casa de los Coroneles’ o la también conocida por los locales como la Casa de la Marquesa. Se trata de una construcción de la segunda mitad del siglo XVII atribuida a Ginés Cabrera Cabrera Bethencourt. Realmente se trata de una mansión y fue declarado monumento histórico artístico en 1979. Al llegar me cuentan que estamos en un símbolo emblemático de Canarias ya que es la casa de mayor longitud que se puede encontrar en el archipiélago pero además, fue durante siglos la residencia del coronelato
El coste de la entrada es de 3€ la general y 1€ para residentes en Canarias. Además debes tener en cuenta que tanto martes, sábados y festivos no se puede hacer visitas a la casa ya que se encuentra cerrada esos días.
Casa Museo de Miguel de Unamuno
Mi siguiente destino es el Museo de la Casa de Unamuno, ubicado en la capital de la isla, Puerto del Rosario y a 20 minutos en coche de La Casa de los Coroneles. El camino entre una casa y otro es bastante corto y es muy fácil de encontrarlo ya que lo podemos localizar justamente en la zona céntrica de la pequeña ciudad, pegado al cabildo de Fuerteventura. Antes de dirigirnos al museo quise leer e informarme sobre qué me encontraría allí aunque no es necesario ya que podrás leer la historia en el mismo museo. Sin embargo, yo prefiero estar informada antes de llegar.
Durante el confinamiento decretado por el General Primo de Rivera en 1924, Miguel de Unamuno se alojó en la casa en su paso por la isla, donde dejó marcada su huella como buen recuerdo para los majoreros. En sus obras deja reflejado su belleza donde engloba la orografía de Fuerteventura, su flora, su fauna y por supuesto su mar. A este último le otorga una singular relevancia y protagonismo a lo largo de toda su obra.
Al llegar puedo observar que se trata de un museo bastante pequeño. Ubicado en una casa canaria típica del siglo XIX en la cual siguen algunos muebles de los que según dicen utilizaba Miguel de Unamuno cuando ese era su lugar de hospedaje. Su cama, la mesa de su despacho y otros pequeños detalles. En las paredes se pueden ver fotografías de algunas personas que formaban parte de la vida del escritor en la isla como Ramón Castañeyra.
Aunque como ya dije el museo es bastante pequeño, te recomiendo que le hagas una visita si estás recorriendo la isla ya que además de ser completamente gratis, podrás apreciar y entender la conexión y el amor que sentía Miguel de Unamuno hacia la isla de Fuerteventura.
Casa de los Rugama
Al próximo lugar al que me dirijo es a la Casa de los Rugama, la cual se encuentra a menos de 15 minutos en coche del Museo de Unamuno. Está ubicada en el pueblo Casillas del Ángel el cual pertenece al municipio de Puerto del Rosario. Actualmente, es un Hotel Rural además de restaurante. Sin embargo, se trata de un símbolo de la isla y de su cultura ya que perteneció a una de las familias aristocráticas más conocidas e importantes de Fuerteventura.
Indudablemente el lugar es espectacular. Su estructura, sus rincones y sus pequeños detalles te trasladan a la típica hacienda rural del siglo XVIII; aljibes, gavias, sus tonos blancos y marrones así como su balcón tan característico de la arquitectura canaria. Aunque obviamente no es exactamente idéntica a aquella casa donde llegaron a vivir Lázaro Rugama Nieves y Francisco Rugama, la estructura principal de la casa sigue siendo exactamente la misma.
Lo más curioso es que estuvo prácticamente abandonada por muchos años durante la segunda mitad del siglo XX pero fue ya en 1998 cuando el cabildo de Fuerteventura se inicia en un nuevo proyecto para comenzar con la restauración del lugar y convertirlo en lo que es ahora, un hotel rural que cuenta con 13 habitaciones.
El lugar es totalmente gratuito por lo que es 100% recomendable parar y disfrutar de su belleza. Si lo que buscas es acercarte un poco más a la cultura majorera, a su historia y sus tradiciones, conocer la casa de los Rugama es casi una parada obligatoria.
Hasta aquí las visitas a tres casas casas que esconden grandes anécdotas entre sus paredes. Una forma de alejarse de los lugares más turísticos y conocidos de la isla y adentrarse en el corazón de los majoreros, de su historia, de su esencia pero sobre todo de sus corazones. Atrévete a descubrir un paso más allá y encuentra la magia que hace de Fuerteventura una isla inigualable.