Unas islas comprometidas con la sostenibilidad

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Las Islas Canarias son un auténtico tesoro natural. Aquí, la naturaleza es protagonista: paisajes inigualables, ecosistemas extraordinarios y especies que no existen en ningún otro lugar del mundo. Más del 40% del territorio está protegido, conteniendo espacios reconocidos internacionalmente, como sus siete Reservas de la Biosfera, dos Patrimonios Naturales de la Humanidad y cuatro Parques Nacionales. Pero no solo es su naturaleza, sino que, además, las islas atesoran una riqueza cultural y patrimonial muy valiosa, como demuestran otros tres Patrimonios Mundiales Culturales. 

El archipiélago es uno de los "puntos calientes" de biodiversidad a nivel mundial, un santuario para la vida. Este territorio insular ofrece una enorme variedad de ecosistemas, como bosques milenarios, impresionantes volcanes y campos de lava o increíbles fondos marinos, además de unos cielos de calidad excepcional. Un destino de incalculable valor natural.
 

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Creemos en un turismo que cuida de quienes viven aquí y de quienes nos visitan. Un modelo más sostenible que contribuya al bienestar de la población local, a la vez que preserve los recursos naturales del archipiélago, tanto como la cultura y el patrimonio de las comunidades locales. 

El compromiso de las Islas Canarias con la sostenibilidad y con la lucha contra el cambio climático es firme. Un camino que iniciamos al adherirnos como destino turístico a la Declaración de Glasgow sobre la Acción por el Clima en el Turismo y por el que, de manera decidida, continuamos avanzando hacia un turismo cada vez más responsable.
 

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En las Islas Canarias, las personas y entidades comprometidas trabajan cada día para seguir avanzando y lograr un turismo más responsable. Con sus acciones e iniciativas, canarios y canarias demuestran su compromiso real con el futuro de su tierra.

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Más allá de la conservación, en las Islas Canarias apostamos por un turismo que participe activamente en la recuperación y mejora del patrimonio que ha recibido el impacto de la actividad turística. La regeneración de esta riqueza contribuirá a la preservación de los valores naturales y culturales que también las generaciones futuras tienen derecho a disfrutar.