¿Las conoces? Estas profesiones solo existen aquí

Algunas son conocidas mundialmente, pero otras aún se conservan como secretos. Son profesiones que solo existen en Canarias y que son la seña de identidad de las islas.

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Más allá de los encantos que saltan a la vista, las Islas Canarias esconden secretos que hacen de este archipiélago un lugar único. ¿Dónde, si no, podemos conocer a alguien que se dedica profesionalmente a silbar? ¿O a alguien que se define como guarapero? Estas son algunas de las profesiones que solo se encuentran en Canarias, algunas de ellas estarían en vías de desaparición si no fuese por el empeño de unos cuantos románticos.

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“¿A qué te dedicas?”. “Soy silbador”. Probablemente la conversación no suele tener lugar en estos términos exactos –¡lástima!–, aunque el popular silbo es una institución en La Gomera, un lenguaje sui generis que todavía utilizan algunos habitantes para comunicarse a través de barrancos. El silbo gomero transforma los sonidos vocalizados de cualquier idioma en silbidos tonales que se reconocen a distancia. Hasta tal punto es apreciado este peculiar lenguaje, que se imparte de forma obligatoria en las escuelas de La Gomera, y se podrá dar en todos los colegios canarios como asignatura optativa. Los profesores de silbo, así como los maestros silbadores (monitores acreditados), son pues conscientes de que tienen entre manos una profesión minoritaria que arranca más de una sonrisa a quienes desconocen esta arraigada tradición.

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La lucha canaria es un deporte ancestral que se remonta a los primeros habitantes de las Islas, de manera que cada una de ellas desarrolló una modalidad propia. Consiste en una lucha cuerpo a cuerpo cuyo fin es desequilibrar al rival –siempre sin herirlo– hasta conseguir que toque el suelo con cualquier parte del cuerpo que no sean las plantas de los pies. Se practica en un terrero (suelo de arena) y hay numerosas competiciones y torneos, tanto insulares como regionales, tutelados por la Federación de Lucha Canaria.

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Nunca una profesión se vio tan amenazada como la de los regentes de guachinches, que ven día tras día cómo numerosos restauradores con olfato para los negocios se apropian de su nomenclatura y llaman guachinches a establecimientos que no lo son. Los guachinches se popularizaron sobre 1950 en el norte de Tenerife, cuando los viticultores de la isla empezaron a vender el excedente de vino de su cosecha a precios muy ajustados en sus propias casas –en el garaje o en alguna habitación habilitada para ello–, acompañado de platos tradicionales caseros. El intrusismo, sin embargo, amenaza con acabar con una profesión, la de regente de guachinche, que es una seña de identidad de la cultura tinerfeña, ya que hoy en día numerosas tascas, bodegas e incluso restaurantes denominan así a sus establecimientos.

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Tan minoritaria es esta profesión romántica y dura a partes iguales que, al parecer, solo queda un molinero en todo el archipiélago. Francisco Cabrera regenta el molino de La Asomada (Fuerteventura), donde día tras día se dedica a elaborar esta harina molida y tostada de cereal (ya sea trigo, maíz o cebada) que durante siglos ha alimentado a los habitantes de la isla. El gofio es un alimento nutritivo y versátil, que en Canarias se consume de las más diversas maneras. Una de las más populares es en el desayuno, con leche y queso.

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Otra profesión típica canaria que se encuentra en horas bajas es la de recolector de cochinilla, un negocio que con el tiempo ha ido dejando de ser rentable y ha obligado a numerosos agricultores y ganaderos a diversificar su producción. La cochinilla es un cultivo tradicional de Lanzarote, un insecto parásito cuyos jugos biológicos se usan como tinte de tejidos o para elaborar carmín de labios, que se recolecta introduciendo cochinilla viva en sacos de tela que se depositan sobre la hoja de la tunera. Pese a que el cultivo de cochinilla fue la primera industria canaria a principios del siglo XIX, hoy en día apenas quedan unos cuantos recolectores que se dedican a esta actividad más por afición que por negocio.

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El guarapo o savia de palma es un jugo dulce rico en minerales y oligoelementos que se extrae de la palmera canaria con el que se elabora la miel de palma, la cual, según un estudio elaborado por la Universidad de La Laguna (Tenerife), tiene más propiedades que la de abeja. Es un producto típico de La Gomera, para cuya recolección los guaraperos suben a palmeras muy altas y cortan las hojas superiores hasta llegar a la zona blanda, de la cual se extrae la savia. El mousse de gofio con guarapo es una delicatessen sin parangón, por no hablar de la torta de cuajada, un postre parecido al bizcocho elaborado con queso tierno que se sirve caliente acompañado de miel de palma.