Astroturismo: el turismo del futuro pasa por La Palma

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En La Palma se ha logrado materializar el camino trazado en las estrellas para que todo el que quiera pueda pararse, recorrerlo y reconciliarse con lo que le rodea antes de regresar a su universo habitual. 

Caminar en la oscuridad de La Palma proporciona una experiencia que diferencia este paseo de cualquier otro en el mundo: las estrellas. La calidad de su cielo las pone no solo al alcance de la mirada, sino que casi pueden tocarse con los dedos. Quien las contempla termina por sentir que tal vez puede comprender el universo o, por lo menos, comprenderse un poco más a sí mismo. 

Esto lo saben los habitantes de esta isla canaria del océano Atlántico, que valoran su más preciado tesoro desde hace siglos, aunque es en 1988 cuando se hace efectivo su compromiso con una ley para la protección de la calidad del cielo. De igual forma lo aprecian los investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), cuyas sedes en La Palma están en el Centro de Astrofísica, en Breña Baja, y en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en el municipio de Garafía. Este observatorio internacional forma parte de la red de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS) de España. Por eso, los miembros de la comunidad internacional que utilizan el Observatorio comparten y se reparten las horas de las madrugadas de todo el año para estudiar el universo. Lo hacen desde los telescopios de esta cima majestuosa que se eleva, incluso, sobre las nubes que golpean como el mar en sus laderas. Pero también más abajo, en medianías, y en la costa, a pie de playa, en los senderos y caminos reales, o más al sur, sobre lava volcánica, cualquiera que viaje hasta allí adivina que los secretos del ser humano no son tan diferentes a los del cielo que brilla repleto de puntos sobre su cabeza. 

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Es la emoción pura de sentirse vivo, una experiencia que sucede todos los días del año en una isla declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO y que, además, alberga otro tesoro: el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Por eso, La Palma es un paraíso para el senderismo y otras actividades de ocio activo a las que hay que añadir la gastronomía, ya que la isla también forma parte de la marca de calidad Saborea España. Todas estas actividades se han alineado para convertirse en la base sobre la que se apoya la oferta de esta “Isla Bonita”, reconocida como Reserva y Destino Turístico Starlight (www.starsislandlapalma.es).  

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Esta búsqueda la experimentan también los astrofísicos del Roque de los Muchachos como parte de un trabajo con el que no solo ven, sino también escuchan el latido del origen del universo, gracias a los sonidos y colores que estudian desde el planeta Tierra. 

Carlos Allende Prieto, investigador del IAC, forma parte, junto a David Aguado, Jonay González Hernández y Rafael Rebolo, del grupo de investigadores que ha visto recompensado su trabajo de años con los descubrimientos realizados con los instrumentos de los telescopios de La Palma. Gracias a sus investigaciones, ahora se sabe más sobre cómo empezó todo. Si en los últimos años ha sido posible la datación precisa del Big Bang, ahora se está un poco más cerca de entender los primeros momentos del universo. Todo ello a través de las observaciones del litio encontrado en las estrellas más antiguas, descubiertas en el Roque de los Muchachos. 

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“Cuando dices que trabajas en La Palma en un encuentro internacional de astrofísica”, destaca Carlos Allende con entusiasmo, “todos conocen el lugar del que estás hablando”. En el lugar, en su opinión, se dan circunstancias únicas en el mundo tanto para la investigación científica como para el disfrute de los astros por parte de la población en general, a la vez que se protege el derecho al cielo nocturno y a la luz de las estrellas. De hecho, con las mediciones realizadas en la “Isla Bonita” junto al equipo del que forma parte, se ha podido reconocer algunas de las estrellas más primitivas, y que proporcionan una valiosa información sobre la química del universo temprano. Además, Allende Prieto ha liderado el desarrollo de uno de los seis instrumentos que actualmente están en el Gran Telescopio Canarias (GTC).  

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La observación de las estrellas causa un entusiasmo similar en todas las personas que la disfrutan, ya sea para estudiarlas o para mostrar a los que visitan La Palma la maravilla que tienen a su alcance con solo levantar la mirada. La alegría es también la primera reacción de Ana García Suárez, astrofísica y responsable de la empresa de astroturismo (https://lapalmastars.com/). Desde el año 2012 se ha posicionado en el mercado turístico internacional junto a otros emprendedores de la isla. Gracias a las excepcionales condiciones del cielo palmero y al modelo empresarial que se impulsa, se puede explorar el excepcional cielo nocturno mediante servicios astronómicos como tours, talleres de astronomía e introducción para amateurs e, incluso, fotografía astronómica y cursos avanzados de fotografía nocturna. 

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Ana García lleva para esta entrevista un colgante con la forma de la Luna. Apasionada de lo que hace, explica que ha ideado un modelo de disfrute de la oscuridad de La Palma “que funciona porque somos un equipo que ama lo que hace”. Destaca que se trata de un sector “que tiene que encantarte. Tienes que conectar contando una historia a los que vienen”, agrega la astrofísica, “y eso solo se consigue si se siente”. Con esa emoción arrolladora recibe a los visitantes, grupos que algunas noches superan las 100 personas, para lo que cuenta en plantilla con siete empleadas formadas. Con gran alegría también decora la oficina como si fuera un módulo lunar o es capaz de mirar las nubes al atardecer para comprobar si no lloverá. Los tours salen casi de noche siempre que el cielo esté despejado. “Algo que aquí sucede muy a menudo”, asegura García Suárez, “dada nuestra posición geográfica privilegiada también”.  

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Las estrellas del cielo relucen también en las pupilas de Ana Castañeda Pérez, jefa de sección de asuntos generales del Servicio de Turismo del Cabildo. Explica que las lleva en el cuello porque son un diseño exclusivo de una de las 300 empresas que actualmente existen en la isla en el Grupo de Emprendedores de Astroturismo y de la Mesa de Astroturismo de La Palma. 

Su trabajo al frente de esta sección la inspira y ver crecer este sector “es una de mis mayores alegrías”, confiesa. Trabajadora incansable, reconoce que el hecho de que la isla sea un referente para otros lugares del planeta en temas como protección del cielo y astroturismo le da la fuerza que necesita. 

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De ahí que, en la actualidad, se invierta en la creación de más infraestructuras y se renueve de forma permanente la señalética y los miradores de senderismo. Es una experiencia para todos los sentidos, a la que se suma la gastronomía tematizada para sentir el universo. Además, el Centro de Visitantes del Roque de los Muchachos y el Complejo Ambiental y Recreativo de Mendo ya están en marcha. De ahí que la isla y el Instituto de Astrofísica de Canarias estén, en palabras de Castañeda Pérez, “preparados” para recibir el Telescopio de Treinta Metros (TMT), ya que la decisión de llevarlo a Hawái aún no es definitiva. 

Por eso mismo, en La Palma se impulsa el encuentro internacional de investigadores, a los que se ha dedicado un Paseo de las Estrellas de la Ciencia, ubicado en la avenida de Santa Cruz de La Palma, inaugurado por el prestigioso físico teórico Stephen Hawking. Además, la isla entera celebra las estrellas con festivales de cine como el Festivalito La Palma, o carreras nocturnas durante la Transvulcania o el Reventón Trail. Con ellos el cielo también es fuente de inspiración para el arte y el deporte. 

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Así es como una noche cualquiera, mientras las horas se suceden recogiendo datos en el Observatorio del Roque de los Muchachos del Instituto de Astrofísica de Canarias, una estrella lejana cuenta que sigue viva en los colores que pueden verse a través de los telescopios. En el mismo momento, los ojos de una corredora de alguna maratón vertical miran al cielo buscando la energía que necesita para llegar a meta. Esta, sin saberlo, siente de pronto que puede, al igual que una pareja que se abraza en algún mirador junto al mar palmero para comprender el milagro de la vida en ese instante. Al final, la oscuridad privilegiada de la noche en La Palma les dio a todos una respuesta diferente, o tal vez la misma.