La miniguía definitiva para hacer snorkel con niños en Fuerteventura

¿Pensando en hacer snorkel con los más peques? El mejor lugar para intentarlo: el islote de Lobos

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Las Islas Canarias son un destino turístico de lo más familiar. Lo tiene todo para que niños y adultos se lo pasen en grande y vivan su visita como una experiencia inolvidable que querrán repetir en cualquier otra ocasión, da igual cuándo. Porque la primavera eterna del archipiélago, con una temperatura media de 24 grados centígrados y escasas precipitaciones, permite disfrutar de cualquier actividad al aire libre durante todo el año. Si a eso se suma una naturaleza que nos invita a descubrirla desde las cimas más altas de su orografía al fondo de las aguas que bañan sus costas, el éxito está asegurado. Por no hablar de la oferta hotelera y de ocio que completa la experiencia. Un buen ejemplo de ello es el islote de Lobos, a tres kilómetros del puerto de Corralejo, en el norte de Fuerteventura, y a ocho del sur de Lanzarote. Sus fondos marinos son un auténtico paraíso para disfrutar del snorkel en familia.

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El Parque Natural del Islote de Lobos, de 4,5 kilómetros cuadrados, debe su nombre a las focas monje (lobos marinos) que habitaban sus aguas. Este espacio natural protegido tiene hábitats muy valiosos y bien conservados, lo que ha facilitado la supervivencia de especies endémicas y la existencia de yacimientos paleontológicos. Arenas blancas, aguas de azul turquesa cristalinas, un entorno salvaje y tranquilo, piscinas naturales… Un sitio ideal para practicar snorkel a cualquier edad.

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Al islote de Lobos se llega en los barcos que salen a diario desde el puerto de Corralejo, en Fuerteventura. Hay varias compañías que ofrecen el servicio: algunas solo para dar una vuelta por la zona, otras con el añadido de ofrecer visitas guiadas, comida y/o material y tiempo para hacer snorkel en compañía de monitores cualificados. El trayecto es realmente breve desde Corralejo: apenas un cuarto de hora si el estado de la mar es bueno. De hecho, el islote es visible desde las playas de esta localidad del norte de Fuerteventura. Como muchas de las embarcaciones tienen el suelo de cristal, se puede ver el fondo del mar mientras se navega, algo que hechizará a los más pequeños de la casa. Quienes prefieran moverse a su aire y hacer snorkel por su cuenta, pueden ir y volver en ferry; eso sí, tendrán que llevar consigo el material para practicarlo y comida y bebida si van a pasar el día allí porque solo hay un restaurante. Se pueden comprar los billetes en el mismo puerto de Corralejo o reservar previamente por internet.

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No hace falta tener pulmones de atleta para disfrutar de este maravilloso entorno submarino, y por eso el snorkel es perfecto. Además, se realiza de manera segura en aguas que en su punto más profundo apenas alcanzan unos pocos metros. Más que suficiente para contemplar centenares de peces y alucinar con el lecho marino, de gran riqueza ecológica. Dado que la temperatura de las aguas es agradable incluso en invierno, no hace falta traje de neopreno.

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Hay que tener en cuenta que por el alto valor biológico y paisajístico, su yacimiento arqueológico romano y sus elementos etnográficos, el islote debe ser conservado. Por ello, el número de visitantes que puede estar de manera simultánea está limitado a 200. Si solo se va a hacer snorkel sin pisar la isla, no hace falta pedir autorización (gratuita, personal e intransferible) al Cabildo a través de su página web http://www.cabildofuer.es/cabildo.

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Si en la familia hay disparidad de gustos, y hay quien quiere sumergirse en el agua y quien prefiere no remojarse, la isla tiene una amplia red de senderos para recorrer a pie, con carteles que señalan los puntos de interés y las especies de aves y flora que se pueden observar. La ruta circular dura unas cuatro horas andando. Se puede subir a la montaña de La Caldera, el punto más alto de la isla (127 metros de altitud), desde donde se tienen bonitas vistas de Fuerteventura y Lanzarote, o descubrir los paisajes vírgenes del interior, las salinas del Marrajo, el faro de Martiño, la cuenca de Lagunitas y el Puertito de Lobos.